CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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piedras entre el follaje s
A veces acertar es la manera más segura de fracasar, o sea de no acertar.
Hay una dimensión de la realidad donde es importante acertar. Es acuciante al menos en cuanto a conseguir objetivos mínimos de supervivencia, y también para algunas personas como una forma de sentirse seguros y realizados a través del triunfo.

Pero hay otra dimensión de la realidad donde lo importante es la conciencia. Entonces, no es importante acertar ni es frustrante no acertar, porque tanto del acierto y del triunfo como del fallo y del error puedes aprender y nutrirte en el nivel de la conciencia.
En esta otra dimensión lo importante no es acertar para asegurarte la supervivencia, sino despertar la conciencia, y eso lo logras no desde el triunfo sino desde la ecuanimidad y el diálogo abierto con dimensiones superiores, que fácilmente puede ser el lugar donde se encuentra tu ser superior o doble etérico.

Entonces, cuanto más aciertas en esa dimensión que podemos denominar de tercera dimensión, del ego, de la supervivencia y del yo primero, más te alejas del salto dimensional, y más aumentas el error que te aleja del gozo espiritual.
Puede ser que ese triunfo te dé el gozo de tener cosas, pero el gozo espiritual y del alma no es efímero y se mantiene. Por eso en esta otra dimensión de la realidad donde puedes aprender tanto del error como del fracaso, sí nutres el alma y descubres el gozo espiritual.
Esa dimensión podemos denominarla como cuarta dimensión, donde convive la nutrición espiritual en un terreno no espiritual.

Cuando tu alma se expande se produce una transformación de la realidad que te rodea, que está deseando que tú despiertes. La realidad de las piedras, los árboles y los elementos está esperando que te despiertes para gozar y acabar su tarea, porque la materia adopta una forma pero solo como una misión para que tu despiertes. Su origen es espíritu.