CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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El ESPEJO (sello 18) está detrás de la TIERRA (sello 17). Primero está la tierra, donde la madre hace otro yo, otro ser y otro corazón, y luego está el “tú eres otro yo” del espejo. Esa actitud en lo rojo, físico y visible es la misma que en el espejo. Es emoción, pero es necesario traducir.

Estas dos experiencias forman parte del significado de la TORMENTA (sello 19), que es una entrada, como explica el azul, en el presente.
Hay una enseñanza a través de la tierra, una enseñanza a través del sello del espejo y una ejecución de esa enseñanza a través de la tormenta: cómo vivir frente a aquello que parece imposible, que te obliga a replantearte las cosas.

Resucitar significa hacer posible lo imposible. Por eso es uno de los atributos del creador, de Huracán.
Hacer posible lo imposible es uno de los cuestionamientos del preguntador, porque el miedo te roba el alma y te hace esclavo, y entonces no te nutres de la luz, como los hijos, sino del miedo.
Descargar el miedo te produce un gozo, por el alivio que supone soltar la tensión interior, mientras que cuando te nutres del amor, es dar amor lo que te nutre.

Cuando desplegamos los ocultos, ponemos de un lado los sellos del 1 al 10 y del otro los sellos del 11 al 20. La luz (el SOL) es la parte oculta de las cosas (DRAGÓN).
Las cosas están compuestas de luz, y la luz está compuesta de cosas.
En el segundo nivel lo que encontramos es el VIENTO, que es el espíritu, la comunicación, la lengua, la expresión y la bendición. El viento está asociado a la TORMENTA.
De alguna manera está expresando al dios creador, Huracán. La palabra es creadora, configura la realidad y hace posible lo imposible. Es el valor de los mantras, las oraciones, la bendición, el pronunciar el nombre sagrado como hijo, es decir con amor y desde el amor.
Quizá si lo haces desde el miedo también recibas desde el amor un “contento”, porque el amor es compasivo y es tu padre y tu madre.
El amor es padre y madre, y cuando lo reclamas siempre aparece.

Vemos cómo la palabra y la comunicación están llenas de aquello que hace posible lo imposible, y cómo esa fuerza resucitadora y recreadora, esa tormenta, está llena de palabras.
Pero hay una diferencia entre los dos, porque el viento aparece como segundo sello en la manifestación. Por eso una de las primeras enseñanzas es la de hablar y dirigirse a lo sagrado y a las demás personas como algo fundamental en la educación.
Esto decimos que aparece en lo visible, en los sellos del 1 al 10, que forman parte de un ascenso o evolución.
Sin embargo en la parte oculta de las cosas, donde está la luz, es donde está también la tormenta, esa fuerza. Igual que vemos que la palabra está llena de aquello que hace posible lo imposible, vemos que aquella fuerza también está llena de palabras.
Por eso es importante la palabra. La palabra del corazón es la palabra del hijo, pero la palabra del miedo y del engaño, de no acudir en ayuda del otro, la palabra del vago o del ego, no están en la fuerza que hace posible lo imposible.

Por eso hay un momento donde podemos oír palabras, entenderlas y comprender su significado, pero podemos oír la tormenta y no entender su significado.
La tormenta tiene un lenguaje y las crisis tienen un lenguaje, que es necesario comprender desde el hijo, es decir, desde el amor.

Como decíamos, los dos elementos que van antes de la tormenta son el espejo y la tierra.
Desde el “tu eres otro yo” puedes entender a la tormenta, y en la tierra vemos a la madre y a todas las madres voluntarias para la vida, que producen un hecho milagroso que es hacer aparecer otro corazón. La madre, como quien desdobla su corazón, y la madre tierra, como quien desdobla el corazón de Dios. La alineación y el voluntario te permiten acceder al lenguaje de la tormenta.