5 de febrero. NOCHE Galáctica 8. Tierra 11 y Guerrero 13 en el Tzolkin evolutivo.
En ocasiones la luz no nos permite mirar los rincones oscuros, y necesitamos la oscuridad o la noche para tomar conciencia de lo que es.
Es buen momento para aceptar lo «bueno» y lo «malo», la luz y la oscuridad, el yo y el tú, para así integrarlo.
En este mundo de dualidad a veces necesitamos de la experiencia en los extremos para llegar al centro y al equilibrio.
Las transiciones pueden ser incómodas, porque perdemos las seguridades del pasado y solo llegamos a atisbar la luz del futuro. Por eso la confianza en la maravilla de esa nueva realidad, que puntualmente ya hemos vivido, es tan importante.
Cerremos los ojos y ensoñemos lo que está por venir, deseando la abundancia para todas las personas, y que lo que ya existe se manifieste en nuestra realidad.
Vayamos viviendo, en nuestras visualizaciones, formas de vivir y de relacionarnos armónicas y plenas.
Co-creemos la realidad. Es el momento y es imprescindible para dar el siguiente paso.
Las células madre, que pueden devolver al cuerpo su programa original, se activan estando dispuestos a dar ese siguiente paso, presentándonos voluntarios.
Las neuronas espejo, que dan soporte a las nuevas relaciones entre los seres humanos, se activan con la expansión de conciencia, de forma transcendente.
Sigamos avanzando, con confianza.
Gracias y perdón
