Podemos preguntarnos, como deseando saber, es decir como deseando conectar con dimensiones superiores, cuál es el sentido de que para contar los días, o sea el transcurso, tengamos una cuenta y una totalidad de 260 y otra de 365.
Hay una totalidad, es decir algo donde está TODO, de 260, y una segunda expresión de TODO en 365, y todo ello para contar los días y reconocer el momento.
La cuenta de 260 contiene todas las posibilidades, expresadas a través de 20 conceptos que son una expresión en sí mismo fractal del tiempo, y de 13 tonos, cuya combinación da 260, con un sentido de totalidad, ya que son las 260 formas en que pueden enlazarse esos conceptos que van de 20 en 20 y esos conceptos que van de 13 en 13.
De modo que la unión de 13 y 20 solo da 260 posibilidades de combinaciones.
Sin embargo, el movimiento cíclico de la tierra alrededor del sol tiene un ritmo de emergencia o aparición donde todo vuelve a encontrarse en el mismo sitio a los 365 días. La cuenta de 260 es insuficiente para contabilizar las 365 oportunidades que contiene ese ritmo, y entonces necesita repetirse, de modo que a las 260 que expresa la totalidad le añade la repetición de 105.
Podemos preguntarnos si aquí hay algo que falta o algo que sobra, o si el hecho en sí es una comunicación o mensaje en metalenguaje esperando ser descifrado.
Consideramos que 260, al manejar los 20 sellos y los 13 tonos, expresa la totalidad, porque luego vienen las repeticiones. Pero en un espacio temporal, que también podemos considerar como un escenario, el hecho de que sitúes esa totalidad de 260 y necesites añadirle 105 de los ya conocidos para completar la nueva totalidad, tiene un significado, y es que la totalidad te invita a incluirte en la totalidad.
Te invita a despertar en la totalidad y dice que esto es la totalidad, pero la totalidad UNO, que es más totalidad cuando aparece DOS. Estás mirando el uno y lo conoces cuando has vivido las 260 experiencias, y esa repetición de la totalidad que se abre dentro de la totalidad expandida, te permite adecuarte a eso que has conocido.
Ese conocimiento se llama despertar de la conciencia. Si en esa interacción has encontrado una vibración que te hace sentirte vivo, que ha atraído tu atención y que te ayuda a reconocerte en ello, en esa repetición tienes ocasión de unirte, de unificarte y de enlazarte con esa energía uno, alineándote y reconociéndote dentro de esa totalidad.
La energía uno o totalidad uno contiene un espacio para el dos, y reconociéndote como el dos del uno es como puedes reconocerte en el uno.
