CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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Onda evolutiva semilla
ONDA EVOLUTIVA DE LA SEMILLA
La onda de la semilla se despliega en la columna ocho del Tzolkin tipo, desde el cuarto lugar hasta el dieciséis.
Pero cuando extendemos el Tzolkin por ondas se sitúa en la horizontal doce, sobre la matriz formada por los trece sellos que expresan al humano. Están fusionando sus contenidos, de manera que el programa del florecer que contiene la semilla es el del florecimiento de todo y cualquier cosa, pero sobretodo y especialmente del human@. La semilla es propiamente un metalenguaje.

De modo que los sellos del humano hablan del humano y los de la semilla también, pero desde un lugar diferente. Los del humano hablan desde la tierra y los de la semilla desde el agua, solo que el agua viene de más allá del sol y su programa también.
La tierra del humano en este código Tzolkin tampoco es un simple suelo, soporte sin alma e inanimado para los pies, sino el lugar o momento del despertar. Es un lugar espiritual, o sea amoroso.

La onda de la tierra presenta como trascendencia la luna. La tierra, como abajo en metalenguaje, se conecta con arriba que es la luna, como trascendencia.
Todas las ondas de la familia central (viento, mano, humano y tierra) encuentran como trascendencia un sello de la familia portal (mago, tormenta, semilla y luna). Siempre hay un inicio desde la familia de la tierra que concluye en una ELEVACIÓN en la familia de la semilla, que explica el programa concebido en ese lugar aguamásalládelsol.
Hay que recordar que esta forma de construir palabras para dar soporte a conceptos, uniendo otras palabras, es propia de los idiomas mayenses.

La tierra y el humano son el inicio de la elevación y no ciudadanos para comprar y vender cosas, pagar impuestos o defraudar si posible; ni lugares para extraer petróleo o situar vertederos de escombros, y menos para explosionar sus átomos a ver si me cargo a unos cuantos. Representan el lugar para despertar, para encontrar la realidad espiritual o encontrar el alma y para el inicio del tiempo del gozo, o sea lo óptimo.

La semilla contiene un programa para florecer. Aparece en la columna ocho, justo a continuación de la columna siete resonante, que es donde se produce el nuevo nacimiento o nacimiento a una nueva visión de la realidad y el surgimiento de la conciencia. El caso es que es un inicio, el inicio del nuevo tiempo.

Después de ese inicio que contiene la resonancia -consideramos la resonancia como inicio-, lo siguiente que encontramos es la columna 8. La columna resonante y ese inicio o lugar especial, es también el espejo; estamos en el interior del espejo y cuando comenzamos a transitar la columna 8 nos adentramos en la realidad más allá del espejo.
Cuando estás delante del espejo, eres algo que está dentro de una forma, pero detrás del espejo ya no hay forma. Puede haber ser, alma, identidad o individualidad, pero más allá de esa experiencia no es necesaria la forma.
Traspasar el espejo y, llegar al centro del telar es comenzar a transitar lo que hay detrás, más allá.

Lo que aparece en la columna 8 tiene un anclaje en la forma, en lo que aparece antes del espejo; la columna 8 como detrás del espejo expresa la columna 6 antes del espejo. Por eso sabemos que la semilla como programa necesita vivenciar lo que contiene la columna 6, que en este caso es la serpiente, la luz interior. El programa traduce el ascenso de la luz interior.
Es un inicio. Cuando entras en el espejo y empiezas a transitar hacia dentro, vas a ir despertando inicios.
La SEMILLA contiene las claves del ascenso de la kundalini (onda SERPIENTE), porque ese es el programa. Cualquier programa del florecer es también el del ascenso de la kundalini, que está garantizado. No es que tú lo tengas que crear, sino que ya está creado. Solo hay que permitirlo, solo ser desde el interior, y eso florece y va a asociado a la elevación de la luz interior.

La siguiente onda que aparece detrás del espejo es la de la TIERRA. Todavía está en la columna 8, pero va a pasar a la columna 9, desde donde aporta fuerza -el 9, como tono, significa fuerza para la transcendencia-.
También es necesario referenciar la onda de la tierra desde su onda asociada, que es la del HUMANO. De esta manera, la onda del humano se activa especialmente cuando te sitúas en la onda de la tierra como voluntario.
A partir del tono 10 de la onda del humano, aparecen de los días epagómenos, conteniendo las fuerzas que actúan en el alma: Osiris en el tono 10, Horus en el tono 11, Seth en el tono 12 e Isis en el tono 13. Cuando llegas a la máxima transcendencia de la onda del humano estás en el día de Isis.
La onda del humano se transforma en la fuerza donde el humano se reviste de divinidad.

La siguiente onda que aparece detrás del espejo en la columna 9 es la onda del PERRO, del amor incondicional, que está asociada a la onda de la TORMENTA, que es la resurrección.

Después está la onda de la NOCHE, onda azul de vivencias iluminativas en el presente. Te sitúa ante la acción de su onda asociada, que es el ENLAZADOR y el inicio de las experiencias iniciáticas, o sea experiencias azul de la segunda realidad. Ensoñar es enlazar y conectar con la otra realidad; es un inicio cuando lo haces desde el intento. La noche también es un intento y un inicio que te transforma.

Hemos visto una onda asociada a la luz interior (semilla-serpiente), una asociada al revestimiento de lo divino en lo humano (tierra-humano), otra asociada a la resurrección (perro-tormenta), y ahora una asociada al acceso a otra dimensión (noche-enlazador), cuya herramienta es el ensueño.

La siguiente onda es la del GUERRERO, conectándose al otro lado del espejo con el CAMINANTE DEL CIELO. Entonces sucede una transmutación, al igual que cuando aparece la luz interior, las fuerzas de lo divino y la resurrección.
El guerrero es el final de un enlazamiento de cuatro castillos (1, 2, 3 y 4), donde se expresa la familia del dragón, que no entra en el castillo verde, ya que solamente ocupa los 4 primeros castillos: la onda del dragón en el castillo 1, el enlazador en el castillo 2, el mono en el castillo 3 y el guerrero en el castillo 4.
El guerrero es la cuarta manifestación y el final del trabajo del dragón, de la solidaridad de la luz cumpliendo una misión. A partir de ahí hace falta que el guerrero se transmute en el caminante del cielo, que inicia el recorrido que no hace el dragón, desde el segundo castillo hasta entrar en el quinto.
La puerta del castillo verde necesita que el guerrero deje de ser un guerrero y se convierta en un caminante del cielo.

Ese es el quid de las ondas que aparecen detrás de la resonancia. Todas ellas van a producir nuevos nacimientos en distintos lugares espirituales, entendiendo “lugares” como asentamientos del alma.
Al nuevo nacimiento expresado por el centro de telar, mono 1, se van a añadir nuevos nacimientos: el nacimiento de la luz, el nacimiento a lo divino, el nacimiento que hay en la resurrección, el nacimiento que hay en el acceso a otra dimensión y el que hay en el guerrero al convertirse en un caminante del cielo, que sí entra en el quinto castillo y pertenece a lo expresado por el dodecaedro.

La onda de la semilla es el inicio de este proceso desde la columna 8.