En un ECLIPSE DE SOL vemos como la luna tapa el sol, es decir vemos juntos al sol y a la luna.
El observador en un eclipse de sol está viendo la luna y está viendo el sol; están juntos. La luna, que no tiene luz propia, tapa el sol, que sí tiene luz, pero lo que se ve es al sol y a la luna visualmente juntos.
En un ECLIPSE DE LUNA lo que se ve es cómo la tierra tapa a la luna. La luna está iluminada porque recibe la luz del sol y entonces se interpone la tierra, de modo que la luna va desapareciendo en las zonas en las que la tierra tapa la luz del sol.
Visualmente lo que se ve es la unión de la tierra y la luna.
No es que la luna y el sol estén juntos, ni que la tierra y la luna estén juntos, sino que visualmente la imagen que aparece es el resultado de la unión de la luna y el sol en el caso del eclipse de sol, y de la tierra y la luna en el caso del eclipse de luna.
Visualmente la imagen en un eclipse de sol contiene a la luna y al sol. Y visualmente la imagen de un eclipse de luna contiene a la tierra y a la luna.
Estas uniones, es decir, la unión de la luna y el sol y la unión de la tierra y la luna, también aparecen en el Tzolkin dialogante, aportando un contenido.
La luna y el sol, como ondas están unidas de modo que expresan la misma energía y trabajan juntas. Los ocultos de la onda del sol están todos en y forman la onda de la luna, y los ocultos de la onda de la luna están todos en y forman la onda del sol.
También expresan los dos niveles del Tzolkin a través de los castillos, ya que el sol como onda pertenece al primer castillo y la luna como onda al quinto castillo, creando un puente virtual, invisible pero real, donde el sol entra en lo expresado por el quinto castillo como lo óptimo a través de sus ocultos presentes en la onda de la luna.
El sol está en la secuencia que une los castillos 1, 2, 3 y 4, con los 4 colores, pero la luna está en la secuencia donde aparece el quinto color, del día verde y del tiempo sin tiempo, uniendo los castillos 2, 3, 4 y 5. De modo que el sol aparece como luz en una realidad y la luna, donde están los ocultos del sol, aparece como el surgimiento del quinto color, la quinta fuerza, la quinta energía y la quinta dimensión.
También vemos que el Tzolkin contiene una expresión donde aparecen unidas la tierra y la luna. Es en la onda de la tierra, es decir del voluntario, donde la tierra como propósito se transforma en su expresión transcendente en la luna. El voluntario activa de forma transcendente la fuerza presente en el sol, que en realidad te sitúa en una dimensión más elevada.
