CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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En la resonancia del fallecimiento en esta dimensión y paso a mejor vida de Juan Pablo II, podemos recordarle con agradecimiento como seres humanos, sea cual sea nuestra vinculación ideológica a cualquier visión cerrada de la dimensión Dios. Es decir, perteneciendo a cualquier adscripción religiosa podemos recordar como seres humanos con agradecimiento a aquel que fue llamado Juan Pablo II, Papa Wojtyla.

Juan Pablo II colaboró estrechamente con el arquetipo humano y con la paz entrando en la vida pública, convocando a los jefes de los ejércitos más poderosos -en definitiva las naciones son ejércitos en muchas de sus estructuras-. Los presidentes de EEUU y URSS eran la cabeza de los ejércitos más poderosos, por lo menos en aquel momento, ya que ahora se ha despertado un gran ejército poderoso que saca su fuerza del odio, quizá para extinguirlo. Quizá esa manifestación del odio sea simplemente para acabar con esa forma de mirar al otro ser humano.

EL papa Juan Pablo II llamó a los presidentes de EEUU y URSS, informándoles de un peligro inminente por el que entraba la humanidad en aquel momento y que aparecía en los mensajes de Fátima. Al abrir el tercer mensaje de Fátima se encontró que había un riesgo de guerra mundial, cosa que actualmente estamos viendo que existe, pero que ha perdido parte de su peligro gracias a su intervención, con la que favoreció cosas tan importantes como la caída del muro de Berlín y la extinción del comunismo.
El comunismo ha revelado finalmente su rostro como fascismo puro y duro, como autoritarismo extremo. Actualmente vemos el comunismo en Corea del Norte, que en realidad es una monarquía autoritaria y sin ley, donde el último dirigente ha matado a su novia y a la familia de su novia.

El peligro en aquel momento era que este ejemplo del odio estaba asociado con un reclamo de la solidaridad y de la justicia social, algo que ha quedado totalmente demostrado que era superdepredador del ser humano. Seguimos viéndolo en Cuba, lo vimos en Albania, con uno de los dictadores más crueles, y en tantos otros donde había dictaduras cruelísimas.
Lo que estaba sucediendo en aquel momento era que estaba aliándose este ejemplo del odio con el que estamos viendo actualmente cortando cabezas contra cristianos, judíos y de cualquier otra cosmovisión, porque en definitiva lo que une ambas expresiones es la extinción de la libertad. La sumisión y el autoritarismo van unidos.
Efectivamente, Hitler tuvo como compañero de viaje a los Hermanos Musulmanes, que eran sus aliados en Oriente Medio. Hitler fue también en su momento un aliado de Stalin, en la invasión de Polonia, inicio de la hecatombe, que podemos considerar como catarsis.
Es una de las formas en que la humanidad ha podido liberarse, pero ciertamente causando un gran sufrimiento.

Ahora estamos todavía viviendo esta catarsis, ya que también en la primera guerra mundial el aliado de los imperios centrales de Austria y de Alemania era el imperio otomano, con su genocidio de armenios, que desde el principio de esta era actual estaban enarbolando la bandera de la guerra.
El Papa Juan Pablo II, el señor Wojtyla, que también podemos llamar abuelo Wojtyla, colaboró en la paz, concretamente en recuperar la libertad en todos estos países empezando por Polonia. También colaboró en la caída del muro de Berlín; su paso por Chile supuso la caída de Pinochet; produjo el inicio de una remoción en Cuba, e incluso en Argentina y en Centroamérica. El paso de Wojtyla en todas las dictaduras removía las conciencias.

Fue una persona que atrajo a muchas personas a temas espirituales, que suponían la atención del otro.
En sí mismo, el nombre que elige, Juan, es una actualización del nombre Jonás. Podemos encontrar a Jonás transcrito en letras hebreas como IONH, que en inglés es John, con la hache situada en otra posición. Pero Joanes, Johan y Juan son lo mismo, ya que la letra vau sirve para vocalizar O y U.
Entonces, uno de sus nombres es Juan, que como actualización de Jonás es paloma. El otro nombre, Paulo o Pablo, significa pequeñ@. Estamos hablando así de la pequeña paloma, una humilde paloma.

Una de las características más importantes para el arquetipo de Juan Pablo II desde su posición directiva, que es sincrónico con su muerte, es el hecho de que instituyó como fiesta en la iglesia católica un día dedicado a la divina misericordia, señalando la importancia de la misericordia. Esta fiesta de la divina misericordia es el siguiente domingo a Pascua, que es cuando en los evangelios se narra que están los discípulos reunidos y Jesucristo se presenta en medio. Dirigiéndose a Tomás, que no creía que hubiese resucitado, le dice “compruébalo, mete la mano en el agujero que hizo la lanza en mi costado o en los agujeros que hicieron los clavos en mis manos”. Este hombre no cree que la fuerza de Dios exista; solo cree en las cosas.
Juan Pablo II sitúa como festividad, día especial y día de meditación, el día de la divina misericordia. La festividad es como un momento de conectar con Dios donde a través de las cosas puedes dialogar, es decir donde las personas que creen en las cosas son invitadas a adentrarse en ellas.
Jesucristo le dice “toca los agujeros, compruébalo” a ese que dice “no creo que Dios exista”. En este sentido, “Dios existe” significa que la resurrección es posible.

Los seres humanos saben producir vida de la vida. Una persona que acaba de fallecer pero su corazón todavía está vivo, es decir, no ha salido de las cosas vivas, puede traspasar ese corazón a otra persona viva cuyo corazón apenas funcione, y permitirle, con limitaciones, seguir vivo.
Lo que no puede hacer el ser humano es resucitar a una persona muerta, pero Dios sí.

Creer en la resurrección es creer en la fuerza de Dios y en la realidad Dios.
Jesucristo es hijo de Dios. Dios es de tu familia y de los tuyos. Es tu carne y eres tú, y eso está expresado como Jesucristo, quien te dice “compruébalo”.
No crees en la resurrección pero sí en la muerte, y sin embargo la muerte no existe y sí el poder de Dios de generar la vida siempre, incluso en la muerte.

Esta fiesta se instituyó el siguiente domingo después de Pascua, que es cuando se aparece Jesucristo a los discípulos, eligiendo a Tomás.
Tomás Dídimo significa “Tomás el mellizo”, haciendo una referencia a los gemelos, en concreto a Quetzalcóatl y Tezcatlipoca, de las culturas mesoamericanas. Pero si te adentras en el hebreo encuentras que Tomás se diría Ta-Ma, que tiene una resonancia con “te amo”. Dejando a un lado esa resonancia podemos encontrar que Ta significa célula y Ma significa Madre. Estamos hablando de las células madre, que se reproducen exponencialmente, situándose en la potencia resucitadora.
Las células madre tienen la capacidad de resucitar, de volver a crear un cuerpo, un hígado o un corazón. Las células madre son mecanismos de inmortalidad, pero necesitan que el contenido sea “te amo”.
Las células madre, cuando están cargadas de “te amo” son inmortales.

El Papa Juan Pablo II, Wojtyla o la pequeña paloma de la paz, señala como importantes todos estos contenidos en la iglesia y le dice al ser humano de hoy que compruebe las cosas, que desaprenda las lecciones del depredador, del miedo, de la envidia y de creerse a salvo siendo más fuerte que otro, manteniéndole sojuzgado para ser más fuerte y no tener miedo.

Desaprende.
Gracias Juan Pablo.