CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

Impulsa tu evolución con las publicaciones diarias y profundiza con nuestras herramientas

El tiempo de la paz es el tiempo de la mujer.
Entendemos que el tiempo de la paz es el de la mujer debido a que la esencia de la mujer es acogedora y eso es una actitud de la paz; la esencia de la mujer es gestar, cuidar, nutrir, enseñar y también dialogar, y todo eso son actitudes propias de la paz; también la esencia de la mujer es armonía, belleza y ética, y todo eso son actitudes que crean paz y armonía.

Actualmente el potencial destructivo de la humanidad es tan grande que necesitamos que aparezca el tiempo de la paz, lo que quiere decir que necesitamos que aparezca el tiempo de la mujer. Por tanto es imprescindible que la mujer sea honrada, respetada, escuchada, reconocida y considerada.

Sí, necesitamos ese tiempo. Ese tiempo existe, y por tanto es imprescindible conectar con él.

Hay un científico teórico, reputado y considerado, que desde 1966 ha asombrado a la comunidad científica al resolver la ecuación de Laplace-Bernoulli (ecuación conocida por ser in-integrable). Nos encontramos ante un genio teórico capaz de resolver los enigmas, como se dice que sucedía en la esfinge de Gizéh, cuya solución te permitía avanzar.
También justificó la llegada de planetoides en el cinturón de Kuiper, como resultado de sus teorías sobre la organización de la realidad de forma dual, lo cual es una sincronía con el concepto maya de realidad dual, es decir, de existencia de la segunda realidad.

También es el autor de la teoría del desdoblamiento del tiempo, donde explica el comportamiento de las partículas, de los agujeros negros y de alguna manera también de las personas, como coexistiendo simultáneamente en dos tiempos, uno el tiempo en que la partícula se comporta en materia y otro el tiempo en que la partícula se comporta como energía.
A nivel de partículas la teoría es expresable con puras fórmulas, pero a nivel de las personas lo que supone es la existencia de la persona en dos dimensiones diferentes, una donde están los problemas y otra donde están las soluciones.
La persona “normal” desconoce y no tiene conciencia de la otra posibilidad con la que sin embargo conecta por ejemplo durante el sueño. El doble, es decir el que está en otra dimensión, es sabiduría, aunque esa conexión normalmente es ignorada.

Bueno, esto es un tema a debatir muy interesante, pero aquí lo que queremos poner de relieve, y por eso empezamos diciendo que es el tiempo de la paz y que ese es el tiempo de la mujer, es un “guiño” curioso que hace este señor, Jean Pierre Garnier.
Jean Pierre Garnier no se apellida Garnier sino Malet. Eso también es conocido porque aparece en todas las páginas, donde se aclara que Garnier es el nombre de su mujer, que él antepone a su nombre como muestra de agradecimiento y respeto.

Entendemos que esto es metalenguaje y, como los símbolos y los contenidos de las tradiciones ancestrales, se dirige al ser humano para despertar su conciencia y conectarla con su arquetipo.
Es totalmente inusual que el hombre pierda su apellido y adopte el de su mujer. En Francia, lugar de origen de esta persona esclarecida, y en muchas otras culturas la mujer pierde su apellido y adopta el del marido. Sin embargo este humano esclarecido hace justamente lo contrario: realza a la mujer expresando así honra, respeto y agradecimiento, y la coloca en lo visible, anteponiéndola y quedando su apellido relegado y para muchos desconocido.

No sabemos si sus teorías son ciertas, pero solamente por este hecho nos parece un auténtico maestro de la humanidad, y con ello nos introduce en un nuevo tiempo.
Jean Pierre Garnier Malet es un maestro del tiempo y del desapego, que muestra desde su maestría del tiempo que el tiempo es de la mujer.
El tiempo de la humanidad es el tiempo de la mujer.
Es necesario despertar al tiempo de la paz, o sea al tiempo de la mujer.