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La Atlántida está representada fundamentalmente por el quinto castillo, pero comienza en el segundo, que está sustentado por la familia del día verde: el caminante del cielo como primera onda del segundo castillo; el espejo, como segunda onda del tercer castillo; la noche, como tercera onda del cuarto castillo; y la estrella, forma expandida, como cuarta onda del quinto castillo.
De esta forma el quinto castillo, que es donde se alberga la forma expandida de la energía atlante en positivo (estrella), aparece ahí expresada, pero está en el segundo, tercero, cuarto y quinto castillo.

El segundo castillo, que comienza por el caminante del cielo, es el castillo del agua y la emoción. Los atlantes necesitan recuperar la emoción, que es la fuerza de Lemuria, de la infancia y de los niños divinos. Se trata de recuperar el amor, transformando la fuerza de la guerra en amor. Eso es el caminante del cielo, que surge asociado a la expansión de la conciencia (guerrero, onda oculta).
Hay un transvase de esa energía lemuriana, de los niños, cuando llega a su expansión, propiciando la existencia de una forma exterior, que es el caminante del cielo, de color rojo, que aparece en la forma, y está trasladando la energía transmutada de Lemuria que son los atlantes, porque Atlántida viene de Lemuria.

Está la Atlántida como fracaso, que es guerrera, o la Atlántida exitosa, que es la que recupera el amor. La expansión de la conciencia propicia el inicio de un cuerpo de amor que sería el caminante del cielo. Es un cuerpo de gozo que se transforma en un cuerpo de amor cuando incluye al espejo, la sabiduría del “tú eres otro yo”. Así, el caminante del cielo y el espejo crean el cuerpo de amor. Son capaces, desde la noche, de crear la abundancia para todos, ya no para sí mismos ni de forma imperial para su grupo.
Esa característica de crear la abundancia para todos da origen a la estrella, donde ya no necesitas ensoñar la abundancia para todos porque estás en ella y todas las personas son maravillosas. Eso también es atlante.

Las dos experiencias básicas son por un lado la desilusión y la falta de fe, y por otro el ego y el todo para mí. Cada vez que estás en la desilusión, en la incredulidad y en la falta de fe, estás en Lemuria. Cada vez que estás en el ego, en yo, el yo fuerte y dominante, estás en Atlántida.
Por eso nos interesa conectar con esas dos informaciones, la que contiene el segundo y el cuarto castillo, actuando como auxiliares.
El cuarto y el segundo castillo actúan como auxiliares desde el momento en que estás reconectado con el niño divino en el tercer castillo, en la experiencia del mono. Entonces, formas un oráculo o cruz, donde tu origen está en el dragón y tu destino está en el sol 13 de la onda de la estrella, en la forma más expandida de la estrella. Tu origen está en el dragón y tu destino está en el sol.

El tercer castillo, con ese mono azul, tienes dos energías auxiliares, el segundo y el cuarto castillo.
El segundo castillo se inicia con el caminante del cielo, cuya familia da a los castillos del segundo al quinto un sentido elevado.
En este segundo castillo están el CAMINANTE DEL CIELO; el ENLAZADOR, con el abandono del ego y la capacidad de enlazar con la maravilla, las soluciones y las demás personas, todo ello desde el amor; la liberación de una energía que es la de la resurrección y la energía de los milagros (TORMENTA); y finalmente donde tú estás actuando desde la libertad y los pensamientos elevados (HUMANO).
Es una energía auxiliar para lo que sucede en el 3 castillo, castillo azul, de recuperación del niño divino, pero no del niño herido sino del niño divino. No conectas con el niño herido sino con la alegría y la inocencia.

El otro auxiliar está expresado en el cuarto castillo, en el que está el voluntario (TIERRA), que ya no está desilusionado ni herido; el amor incondicional (PERRO); el recuperar esa fuerza que crea la realidad desde la simple evocación (NOCHE); y el GUERRERO, en el cuarto castillo.

Las dos civilizaciones eran capaces de crear todo eso.
Cuando los atlantes no lo hacen en favor de todos sino en favor propio, esa energía pierde su acción. Esa acción que nace en dimensiones superiores, es la que le da fuerza. La noche azul y la tormenta azul extraen su energía precisamente de algo que corresponde a la realidad divina.

Esos auxiliares ayudan a las presencias que están en el castillo central, que es donde es imprescindible situarse en algún momento.
Todas las personas tienen que pasar por todos los castillos, por todas sus experiencias, activándolas.