CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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La vida no es lo que has vivido sino lo que recuerdas, o sea lo que te dices.
Tienes un poder creador y según lo que te digas que has vivido, que estás viviendo, participas de la creación común de la vida.
Sí, gracias García, sí, gracias Márquez.
Sí, creo que has hecho la vida más bonita para todos, para todos sin excepción.
Sí, creo que quizá me hubiera gustado decir “Gabo” y que tú oyeras ese sonido, porque creo que me hubieras devuelto esa vibración transformándome, como un resonador mágico que abre puertas dimensionales a la profundidad de la vida.

Sí, creo que me hubiera gustado que esa posibilidad se materializara. Pero creo que es posible ahora, que tu escuchas ahora y ahora lo haces, incluso que transformas todas estas palabras y todo este idioma en que están pronunciadas en resonadores maravillosos que unen a todas las personas que quieran utilizar ese idioma resonante, que era la lengua que hablaba Macondo, que no tenía dueño y fue creada allí en Macondo, porque allí es donde se dijo el primer nombre de muchas cosas, y que sigue esperando a que alguien las nombre para que ese alguien se llene de realidad y despierte a la maravilla.
Gracias por señalar el día de la cena como puerta a Macondo y a tantos sitios reales, más allá de la apariencia.

Confieso que sólo he leído un libro tuyo allá por el año 1968, porque en realidad soy muy mal lector, pero también confieso que cuando abrí ese libro y empecé a leerlo no pude parar hasta que lo acabé. Incluso es posible que sea el último libro que haya leído completo porque en realidad no suelo leer nunca los libros completos, solo a trozos, pero ese sé que lo empecé y acabé ininterrumpidamente, y eso que donde estaba no podía hacer eso, porque tener la luz encendida por la noche en aquel lugar era tremendamente peligroso y prácticamente imposible.
Gracias Gabo.