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(11/5/2014)
Resucitar también es despertar, sobre todo si consideramos que cementerio significa dormitorio.
Resucitar se puede traducir por “despertar”, para lo que no hace falta estar descansando en la paz del cementerio, sino simplemente despertar desde la no conciencia a la conciencia.

Plásticamente podemos ver que esto se traduce en que haces cosas diferentes. Cuando estás dormido respiras, roncas y te mueves, incluso hablas y sueñas. Pero cuando estás despierto es evidente plásticamente que, aunque también respiras, haces toda clase de ruidos, te mueves y hablas, todo es totalmente diferente: trabajas, amas, disfrutas, lees, estudias, tropiezas…
Cuando estás dormido puedes hacer cosas, pero cuando estás despierto has ampliado tu escenario, tanto como posibilidades tenga la tierra. El escenario del sueño es muchísimo más reducido. El máximo viaje físico y no astral que puedes hacer dormido es el que va desde la altura en que esté tu cama al suelo.

De alguna manera estamos hablando de realidades diferentes. Pero en esas realidades que hay entre el sueño y el despertar, aun pudiendo tener una analogía entre la tercera dimensión, donde no hay conciencia, y la cuarta, donde sí la hay, hay un trasfondo que tiene más que ver con resucitar. Hay un despertar que es un resucitar, y hay un resucitar que es un despertar.

Cuando Noé construye su arca, le vemos hacer algo diferente de su entorno. Pero sabemos, porque así lo cuenta esa narración que la construcción del arca, siendo una prioridad en ese momento, no lo era en el cómputo total, sino solo en un momento parcial. Pero en ese momento situaba y sigue todavía situando a cualquiera que esté construyendo su arca en una situación totalmente diferente dimensionalmente de la realidad en que se encuentra.
De esa manera nos informa acerca de qué puede ser la cuarta dimensión, porque la cuarta dimensión y el cuarto castillo son un paso hacia lo óptimo, pero no son lo óptimo. Construir el arca es un medio pero no es el fin, solo que nos informa acerca de una actitud en ese espacio intermedio del despertar, o sea del resucitar.

Construir el arca permite ampliar la capacidad vital; transforma al uno en una totalidad. Si no amplias tu corazón el espacio que dejas a la vida es muy reducido. Pero ampliar el corazón es algo concreto; no es una ilusión, ni una medalla que te puedes poner a ti mismo. Amplias el corazón cuando la vida te saluda desde muchos lugares de forma maravillosa. Pero requiere una concentración.
Noé puede ser un ejemplo de la cuarta dimensión, porque expresa una conexión con realidades superiores en su interior y una acción en consonancia.
No es que tenga un diálogo con dimensiones superiores y que luego lo que haga no sea el resultado de ese diálogo; es decir, no es tener una conexión con dimensiones superiores pero que sea como los programas de televisión, que cuando los apagas vuelves a ser tú mismo, sino que esa conexión te transforma.

La transformación aparece porque haces cosas diferentes, encaminadas hacia donde te impulsa tu resonancia.