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Los dos cojitos
Los dos cojitos.
Hay una curiosa o peculiar sincronía, y muchas veces esas sincronías medio absurdas son las mejores, entre Jesucristo y Tezcatlipoca.
Me refiero a que los dos aparecen como cojos, como rengos en algún momento, aunque por supuesto esa cojera es irrelevante en cuanto a su condición divina.
Al referirnos a la condición divina tenemos que decir que esto no se trata de teología ni se refiere a ningún dogma. Hablamos del Tezcatlipoca que expresan las leyendas o tradiciones, y hablamos de Jesucristo también como expresión de las leyendas o tradiciones. No reclamamos ninguna ortodoxia.
Los dos personajes en alguna leyenda o tradición aparecen como cojos, pero también como “hijos de una fuerza superior”. Claro, los seres humanos tenemos que movernos con conceptos, creencias y explicaciones de la realidad.
Precisamente la definición que ofrece Wikipedia del sentido de la vista es la CAPACIDAD DE INTERPRETAR NUESTRO ENTORNO gracias a los rayos de luz que alcanzan el ojo.
Es decir, la visión, y ahí incluimos la cosmovisión, necesita de conceptos, y los conceptos a su vez de imágenes para ser expresados.
Entonces, tenemos que estas dos manifestaciones en el nivel “hijo” proviniendo de una fuerza superior, pero también con esa característica de fuerza superior en este nivel nuestro, ante los ojos conceptuales y también físicos aparecen como cojos.
Eso es una sincronía. Es una sincronía un tanto absurda pero que muestra que los dos son iguales. Por lo menos estarían en el grupo de gente coja; serían similares.
Si no tuviéramos palabras o los idiomas fueran incomprensibles, pero sí tuviéramos símbolos, los dos participarían de esa igualdad.
Para muchas personas la cojera de Cristo no forma parte de su concepto de Cristo. Sin embargo, hay muchos estudios a lo largo de los últimos 15 siglos sobre este tema, basándose por ejemplo en la sábana santa (http://www.misionsantorosario.com.ar/…/ELV…/cristo_rengo.htm).
También hay muchos estudios acerca de por qué en la cruz ortodoxa, que contiene tres tramos horizontales, el último no es horizontal sino diagonal. Eso se explica por una tradición muy persistente, sobre todo en la iglesia bizantina, que presenta a Cristo con una pierna más larga que otra, algo que también ha dado lugar a muchos estudios y controversias.
Incluso en la imagen de la Virgen del Perpetuo Socorro o la Virgen de la Dulzura, los pies del niño aparecen asimétricos, y el niño de la Virgen del Perpetuo Socorro tiene la sandalia como colgando y señalando hacia el pie.
Por su parte, Tezcatlipoca tiene los atributos de “señor del cielo y de la tierra, fuente de vida, tutela y amparo del hombre, origen del poder y la felicidad, dueño de las batallas, omnipresente, fuerte e invisible”. En la leyenda de la creación de la tierra se narra la referencia a su pie:
“En una de las leyendas nahuatlacas, Tezcatlipoca y Quetzalcóatl originaron al mundo. Existía solo un océano primigenio, donde únicamente vivía el monstruo de la tierra, Cipactli, Tezcatlipoca ofreció su pie como señuelo, y el monstruo de la tierra emergió y se lo comió. Entonces, Tezcatlipoca y Quetzalcóatl se apoderaron de él, y lo extendieron para convertirlo en la tierra.”
Esta leyenda no ha existido siempre. Solo aparece después de la llegada de los pueblos mexicas y nahuals a la zona de Mesoamérica, sucedida en los últimos 1.000 años, siendo la leyenda más moderna. Pero el caso es que existe, y eso permite que Tezcatlipoca, concretamente el Tezcatlipoca negro, sea representado con un muñón, faltándole el pie.
Es decir, en algunas tradiciones cristianas, Cristo aparece como rengo. En ocasiones se explica por su cadera de alguna manera luxada, y en otras simplemente porque una pierna aparece más corta que otra, como en la sábana santa, que es una de las reliquias más importantes.
La valoración de esta sincronía para unos puede ser válida y para otros, insignificante. Sin embargo, existe, porque son dos seres que expresan la divinidad y aparecen con esa debilidad.
Hay más sincronías, reforzando la posible intensidad del asunto, asociadas a ser un INICIO.
Cuando Tezcatlipoca ofrece su pie es cuando se crea el mundo, siendo de alguna manera el inicio de un mundo reconocible, es decir, el inicio de una nueva visión del mundo.
De hecho, el monstruo al cual ofrece como cebo su pie, es el nombre con el que se conoce al primer día de la cuenta del tiempo azteca.
Cuando Tezcatlipoca ofrece su pie se inicia el tiempo. De alguna manera se expresa un salto en la conciencia, un hito donde el mundo aparece transitable para los seres humanos. Antes estaba pero era intransitable.
Pero Jesucristo, si utilizamos la impronta de la sábana santa, también está dando inicio a un nuevo tiempo. Es el icono del inicio del tiempo común, donde todas las personas pueden compartir porque se unifican los propósitos. Hay cosas que después de ese inicio ya son imposibles, por ejemplo intentar honrar a Dios con sacrificios humanos, lo cual hoy sirve para dejar sin argumento la consideración de santa a la guerra, al no tener relación con Dios. Lo único que es santo es la paz.
De alguna manera los dos representan una sincronía referente al inicio, pero también a que ese inicio conlleva el cumplimiento de una misión, para la cual esa fuerza suprema situada en dimensiones superiores, desciende.
Para confirmar la importancia de esa extraña señal, está la presencia de otro bendito cojito, aquel a quien le cambian de nombre y deja de llamarse “astuto” para pasar a “fuerte con Dios”. Esta es la historia de ese tercer cojito que es Jacob:
“Y habiéndose quedado Jacob solo, estuvo luchando alguien con él hasta rayar el alba.
Pero viendo que no le podía, le tocó en la articulación femoral, y se dislocó el fémur de Jacob mientras luchaba con aquél.” (Génesis 32).
Jacob también es un inicio.
Hay un inicio de la maravilla esperando para todas y cada una de las personas. Si tu inicio no ha empezado es porque va a empezar.
Gracias y perdón.
Estamos por la paz. Estamos por el amor. Estamos por la libertad. Estamos por la vida. Estamos por el perdón.