Hay una sanación que es como un incremento, de tal manera que en realidad no es una sanación, porque no es necesario, sino solamente un incremento o aumento energético, que quizá tampoco sea un aumento sino más bien un despertar, algo existente que parecía que no existía, y que cuando se produce, encuentras que ya existía.
Pero el asunto comienza como una sanación, es decir que el estado inicial es carente. Es un estado carente que no es carente, solo que quizá no está despierto todavía.
Comienza con la sensación de carencia, de necesidad de una sanación; algo dice que no estás bien, que te está pasando algo y necesitas ponerle remedio.
Entonces, cuando encuentras esas fórmulas, que son alimentos puros que concede la madre tierra, y no medicamentos, medicinas o drogas químicas para eliminar los síntomas, parece que te dan fuerza, pero en realidad es un despertar a otra dimensión de la realidad, donde encuentras potencialidades dormidas que se despiertan, como la clarividencia y la precognición.
¿Cuándo concede la madre tierra esas recetas que son alimentos, de modo que se puedan despertar esas realidades?
Para mí, en mi deambular y transitar, el proceso comienza con la valoración de la emoción.
Con la emoción y el amor, se realiza el diálogo con dimensiones superiores, donde todo toma un sentido y no hay nada que sobre sino que todo es importante y necesario, y lo que es innecesario es pelearse con las cosas para que sean de otra forma.
Esa aceptación de la configuración de las cosas como expresión de dimensiones superiores, que convierte en sagrado todo lo que existe, tal y como existe, en algún momento te entrega una nutrición que te despierta.
