CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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Esa energía “eléctrica”, o lo análogo a lo que llamamos energía eléctrica en el ser humano, no necesita palabras. Ya hemos dicho que la energía eléctrica es pura vibración, por lo que es cuando se traduce a la que llamamos electromagnética cuando aparecen las palabras y los conceptos.
Esa energía que llamamos de vibración está presente, por ejemplo, en los cromosomas, de tal manera que estamos en contacto de modo no consciente con vivencias que no son nuestras personalmente, sino que nosotros, como expresión en el presente de esos cromosomas, somos su “actualización”.
De esa manera vivimos contenidos. Decimos “vivimos”, ya que a veces son problemáticos al ser el resultado de conflictos que están siendo transmitidos eléctricamente a través de los cromosomas. Y nosotros, como somos la actualización, si despertamos la conciencia podemos resolverlos.

También esa conexión eléctrica sucede a través de la cultura, de lo que considera correcto o incorrecto, que también es la expresión de tu grupo social, clan familiar o lugar. La cultura también es la suma de energías que pueden ser traducidas a palabras, aunque normalmente no es así, siendo tú simplemente un transmisor más, y estando actuando entonces eléctricamente.
Cuando no reconoces y traduces en palabras a través de tu conciencia esa información, actúas como un conductor eléctrico. Estás vehiculizando algo que no sabes siquiera lo que es y ni siquiera te das cuenta de lo que estás transmitiendo. Eso lo haces a través de la actitud y de la forma en que expresas las cosas, que de alguna manera son la expresión de tu sistema de creencias inconsciente.
Por eso, conviene revisar tu sistema de creencias, y de forma muy especial estar atento a lo que dices, cómo lo dices y por qué lo dices. Eso te permite actuar como una antena electromagnética, y ya no como un conductor, que es ciego, sordo y mudo, donde simplemente la energía pasa por ahí.
Sin embargo, la conciencia te permite actuar como una antena y sacar esos contenidos al campo o lugar donde te encuentras. Entonces puedes actuar como un filtro que elimina toxicidad o como un antivirus que elimina errores. Te permite recuperar el programa original y quizá sea esa la razón por la que estás en esta existencia.

De cualquier manera, independientemente de tu valor como persona, que está expresado en unos cromosomas, está el valor de persona o ser humano, en relación a todos los seres humanos y al arquetipo, a la esencia del ser humano.
Por eso conviene – y digo conviene porque es algo que si coincide contigo te va a producir gozo, satisfacción y plenitud- observar qué estás diciendo, para eliminar contenidos tóxicos, no ya en relación a las vivencias de los cromosomas personales, sino en relación a toda la humanidad.
Hay un momento en que tienes que observar si lo que estás diciendo responde a una experiencia tuya, a algo que has vivido, o si lo que estás viviendo no lo has experimentado y por lo tanto no está comprobado. Ese es el punto clave, determinar si de lo que hablas responde a tu experiencia o no. Si lo has experimentado es una iluminación, y si no, no tiene luz. Determinar eso es fundamental.
Tienes que ver si estás contribuyendo a la toxicidad general, que es cuando hablas de cosas que no has experimentado, y entonces normalmente tienen relación con algo que te asusta y quieres evitar, con juicios, o con personas que pueden ser enemigas de tu grupo o personas con las que convives, y que cuestionarlo te podría suponer un conflicto.

Cuando observas tu vida y ves cómo se han resuelto los problemas o conflictos que vivías, siempre terminas por encontrar la maravilla; siempre terminas por encontrar que el amor existe, que eres cuidado y que suceden muchas cosas en favor tuyo. Y eso es porque sí, porque finalmente todo iba en favor tuyo. De alguna manera se trata de un diálogo con algo que sabe qué es lo que piensas, qué es lo que quieres y cuáles son tus estrategias, muchas veces para eliminarlas, y sobre todo qué es lo que necesitas y quién eres.
Y en algún momento, entrar en el diálogo de forma consciente te permite aclarar tu propia situación personal, según vas desinterfiriendo y eliminando virus y errores en tu sistema de creencias, que muchas veces son actitudes y estrategias.

Eso es lo que podemos denominar la actitud del mago, el que conoce la realidad más allá de la apariencia. Aunque esa palabra de mago levanta suspicacias en personas, e incluso temor y miedo, podemos decir que ante el nacimiento, es decir, la presencia de Dios o los conceptos que asociemos a dimensiones superiores de la vida, en el espacio-tiempo, que es lo que puede ser atribuido a lo que se narra como “el nacimiento de Jesucristo”, los primeros que acuden, porque ya lo estaban buscando desde antes al estar haciendo un trabajo personal, son llamados magos: reyes y magos.
Vemos que conectar con el origen de tus creencias y lo que te permite expresar la maravilla, aparece como rey mago. Esas son las palabras que lo definen: “que ve la maravilla”.

Entonces, podemos decir, siguiendo un determinado lenguaje, que ese trabajo ayuda a sanar tu visión, y, cuando sanas tu visión, encuentras la maravilla. Traducir el contenido eléctrico, donde actúas como conductor y transformarte en esa antena que traduce en palabras, te permite eliminar las palabras que te llevan a la negatividad y no a la plenitud, y entonces es cuando encuentras la maravilla, eliminas todo esto y eres denominado en ese código como rey mago.
Hay otros códigos y tradiciones, pero en todas aparece. En tradiciones de Centroamérica estamos hablando de Quetzalcóatl, mientras que en tradiciones de Oriente es Buda o Tao.

Tu experiencia iluminada es el hilo conductor de la maravilla y la sanación de los cromosomas.
Gracias. Bendición.