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LA GUERRA ES ENERGÍA ATLANTE (Extracto del libro en preparación «Tiempo de Ser o la Impecabilidad sin esfuerzo»)

A muchas personas les falta la infancia, pero otras sí tienen una infancia donde todo es maravilloso y la gente les trata con amor y juegos.
Es el equivalente a Lemuria. Cuando conectas con estos recuerdos puedes extraer conocimientos y sabiduría acerca de Lemuria.

Casi todo el mundo ha olvidado su realidad de niñ@ y cómo percibía la realidad, aunque muchos niños tienen recuerdos de otras vidas. Todos los niños tienen dones especiales que después, o bien son reconocidos por la sociedad y potenciados, o bien son olvidados, pero de forma innata tienen características personales maravillosas.
Cuando la persona vive en ese mundo sufre el contacto con la realidad de la tercera dimensión. Sufre desilusión y a veces, aunque se olvide, siente la frustración. Estos contenidos son propios de la desaparición de Lemuria. Conectar con ellos es conectar con Lemuria.

Pero hay dos formas de conectar con Lemuria, una es con Lemuria como lo maravilloso y otra con Lemuria como fracaso. Si te haces fuerte en la desilusión y no crees en nadie, ni en el amor ni en dimensiones superiores, entonces estás en la facción que destruye Lemuria.
Pero si conectas, a través de la expansión de la conciencia, con algo que en lugar de negar eso lo reafirma, diciendo “sí, el amor existe, lo he visto y lo he sentido; si, la maravilla existe, lo he visto y lo he sentido”, entonces estás conectando con las semillas de Lemuria, con los niños que dejaron los de Lemuria como semillas. Tu eres uno de esos niños cuando conectas con eso.
Y cuando conectas con lo otro, estás en tu parte que propicia el hundimiento de Lemuria.
Puedes conectar con tu niño de Lemuria o con tu lemuriano decepcionado. Puedes conectar con tu ángel o con tu anti-ángel. Son dos realidades que están dentro de ti.

Mientras, la experiencia de la Atlántida es la de la madurez de los que han perdido la ilusión y la fe, y entonces buscan hacerse fuertes y dominar.
Atlántida es un imperio. Han conseguido mucha sabiduría. Toda la fuerza y todos los conocimientos que provenían de Lemuria, ahora se utilizan en favor propio. Inicialmente es como si quisieran con eso redimir a todos y crear la realidad maravillosa. Pero como eso es una expresión del ego, finalmente lo que hacen es reforzar su propio poder, y entonces Atlántida es un imperio.
La Atlántida no es hundida por ellos mismos, sino que es derrotada y destruida por la propia realidad. La propia realidad la destruye violentamente, a través de terremotos, explosiones nucleares o como quieras identificarlo, ya que todas estas cosas han existido no una vez sino muchas.

Tú estás en esta Atlántida guerrera y belicosa cada vez que tratas de imponer tu voluntad a través de tu fuerza o poder, cada vez que abusas de tu sabiduría y engañas, cada vez que abusas de tu fuerza y dominas, o incluso cada vez que dominas a través de sentirte como víctima, poniendo en marcha una fuerza de empatía a favor tuyo.

Todo eso es Atlántida. Atlántida está utilizando la fuerza en favor propio. Se trata de dominar y gobernar. La guerra es energía atlante, y dentro de esa energía también está la guerra que se realiza a través de la autoagresión.

Pero podemos hablar de Lemuria y Atlántida como error o como éxito.
Está la Atlántida como fracaso, que es guerrera, o la Atlántida exitosa, que es la que recupera el amor.
Las dos experiencias básicas son por un lado la desilusión y la falta de fe, y por otro el ego y el todo para mí. Cada vez que estás en la desilusión, en la incredulidad y en la falta de fe, estás en Lemuria. Cada vez que estás en el ego, en yo, el yo fuerte y dominante, estás en Atlántida.