CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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Podemos surfear y divertirnos sobre la ola. Eso significa que podemos subirnos a la ola y dejarnos llevar por ella, gozando. Podemos subirnos al agua y disfrutar con su fuerza, sin miedo. Sí, podemos dejarnos llevar por el agua sin miedo.
Eso es importante especialmente en un año que nos habla del agua cósmica. Podemos dejarnos llevar por el agua cósmica y entonces disfrutar plenamente. Si nos situamos ahí con total convicción encontramos nuestro lugar de poder, nuestro lugar de bendición.

Los seres humanos como arquetipo en esta encarnación acabamos de enviar una sonda al sol. Todos los seres humanos como arquetipo nos dirigimos al sol a 700.000 km/hora. Sí, podemos hacerlo, podemos acercarnos al sol.
Eso significa también que nos estamos acercando a la esencia de la mujer, si situamos a la mujer como el cielo y al hombre como la tierra, como decían aquellos abuelos de las pirámides. Para los egipcios, la mujer era el cielo y la mujer era la tierra.

Hoy, sincrónicamente, tratamos de llegar tan profundo como podemos al cielo y nos atrevemos a dirigirnos al sol, que está en el cielo.
La carrera espacial comienza a finales del siglo XIX, cuando los científicos trataban de crear cohetes que con un combustible líquido llegasen al espacio (Konstantín Tsiolkovski).
En esos tiempos, en el parlamento inglés se iniciaban los movimientos en favor de darle capacidad de voto a las mujeres. Estamos hablando de Inglaterra, el paradigma de la democracia. Las mujeres en Inglaterra no podían votar en el siglo XIX y empezaron a votar a inicios del siglo XX, pero solo si eran mayores de 30 años, es decir, con muchas limitaciones.

Por otra parte, no fue hasta 1926 que el estadounidense Robert Goddard diseñó un cohete de combustible líquido práctico.
Paralelamente, en 1918 se permitió el voto a las mujeres mayores de 30 años que reunieran ciertas condiciones, como ser ricas o universitarias. Pero la igualdad llegó en 1928, cuando las mujeres pudieron votar desde los 21 años. Es decir, a la realización de cohetes con combustible líquido.

Desde entonces, las mujeres han ido ganando derechos y consideración, al mismo tiempo que el hombre ha llegado a la luna y las sondas se dirigen a distintos planetas y actualmente al sol.
La exploración espacial se desarrolla de manera simultanea al reconocimiento de los valores de la mujer.

Por eso auguramos que en estos momentos en que la sonda se dirige al sol, la consideración de la mujer va en aumento. Incluso en los países cuya “ley” obliga a ser dependiente de un hombre, sea su padre, su marido o su hijo, nos dirigimos hacia una afirmación y un reconocimiento de esa energía, que sucederá desde la propia energía de la mujer en esos lugares.

La exploración del cielo es similar al reconocimiento, honra y respeto de esa energía, gracias a Dios. Se trata de la empatía, de limpiar el espejo, de adentrarse en el espejo. Se trata de vivir dentro del espejo.
Cuanto más vamos al cielo más encontramos a la mujer y más encontramos lo divino los seres humanos.
Gracias a Dios. Bendición.