CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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En la familia portal, formada por la semilla, la luna, el mago y la tormenta, hay dos vectores. Uno podría ser considerado masculino y otro femenino.

La semilla y el mago se dimensionan mutuamente. Son antípodas y cada uno encuentra su centro cuando aparece el otro. Este vector se podría considerar masculino.
A su vez, la luna y la tormenta se dimensionan, porque son antípodas, permitiendo cada una a la otra encontrar su lugar de poder y su centro de máxima actividad. La luna sitúa a la tormenta en el centro del telar, y la tormenta a la luna.
Los dos sellos significan agua. En una tradición la luna significa el agua, y en otra tradición la tormenta es la lluvia, el agua que proviene del cielo. Las dos se dimensionan y permiten situarse en el centro del telar, en el lugar de poder, del nuevo nacimiento. La luna y la tormenta tienen este significado asociado a la parte femenina.

Así, encontramos dos vectores constituidos por dos parejas de antípodas. El grupo de 4 se divide en dos parejas de antípodas.

La semilla te dice quién eres. Cuando te sitúa en el centro dice que tú tienes ese conocimiento de la magia, de la realidad profunda. Cuando el mago te sitúa en el centro, te dice que tienes ese poder de crear la vida constantemente y de florecer, de viajar en el tiempo y de renovarte permanentemente. Los dos expresan atemporalidad y conocimiento. Los dos expresan cómo ese conocimiento está en ti. Se trata de permitirlo y activarlo.

La luna y la tormenta, los hechos milagrosos, están hablando de ese conocimiento que hace referencia a Isis (luna). Isis no es suficientemente conocida a pesar de ser muy conocida. De todos esos conceptos que denominaban divinidades en la enseñanza guardada en la mitología egipcia, Isis es esa parte de tu interior que conoce el nombre de Dios. Todas las demás divinidades no conocían el nombre de Dios, aun siendo aparentemente muy poderosas. No conocían el nombre de Dios, por tanto, no eran tan poderosas como parecían.

Por eso el camino del mago, que aparece en la otra secuencia, semilla-mago, en realidad es también el camino de Isis. Es encontrar dónde en tu interior conoces el nombre de Dios, porque ese conocimiento es el que permite la resurrección y los hechos milagrosos.
Por eso el mago está al principio, en el primer castillo, pero la luna está al final, en el quinto castillo.
El encuentro de Isis en ti necesita el respeto a la tormenta; necesita encontrar la tormenta, la parte femenina de la tormenta que te recrea porque te ama.
Pero no te ama por tu esfuerzo. No te ama por todo lo que puedes o todo lo que sabes, sino simplemente porque eres, por lo que eres, simplemente por ser.