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La historia de Atlas aparece como un castigo, pero no lo es. Es más bien un ejemplo que muestra que muchas veces actuamos como si estuviéramos obligados, porque en un castigo algo te obliga. Pero no estamos obligados, porque la parte divina de cada persona es absolutamente libre.
En este despertar que estamos viviendo, parte de lo que sucede es que te crees que estás obligado, que has perdido la libertad, pero en realidad estás cumpliendo una misión, en la plenitud.

Atlas es un Titán. Los titanes en la terminología de la mitología griega son una expresión de la energía de Dios, de la energía divina, aunque no la expresada por los dioses olímpicos. Están expresando la energía divina pero no en la forma que lo expresan luego los dioses del Olimpo, sino en una forma más primordial.
Igual que Zeus es hijo de Dios, Atlas también lo es, puesto que es un Titán, es más antiguo. Parecen como fuerzas más indeterminadas. Todavía no ha habido un trabajo de discernimiento. Todavía la palabra no ha ido creando la realidad.

Atlas parece que está sujetando la tierra como un castigo. Por eso se habla de la vértebra Atlas, que sujeta la cabeza, como la esfera de la tierra. Este Atlas, en la versión griega se superpone con un dios creador egipcio, Shu.
Los egipcios explican que lo que sucede es que existe el cielo y existe la tierra. Son los dioses Geb y Nut, y el dios Shu, que es el viento o el aire, está entre medias de los dos. Hay un espacio entre el cielo y la tierra para que vivan los hombres y dicen que ese espacio es el lugar donde está el dios Shu, de modo que es el que separa el cielo y la tierra para que los humanos vivan sus experiencias y lleguen a despertar.

La energía femenina la ponen como cielo, Nut, y la energía masculina como tierra, Geb, al contrario que los griegos. Geb es la tierra pero es masculino y Nut es el cielo pero es femenino. Y entre medias hay otro dios que está sujetando el cielo, que es Shu.
Geb, que es la tierra, está en el suelo y Nut es un cuerpo semicircular que rodea la tierra, según aparece en muchas imágenes de la mitología egipcia. Y hay algo que está separando el cielo y la tierra, que es lo que permite que haya vida, que haya cosas y que haya personas, porque si el cielo y la tierra se fusionan, desaparece el espacio vital de todas las personas.

Shu está creando el espacio vital donde tú estás; está haciendo hueco para ti. Eso es lo que está haciendo Shu y sobre esa imagen se superpone la imagen de Atlas sujetando la tierra, separándola del cielo. Lo cuenta como un castigo, pero no es un castigo, sino una explicación para un determinado nivel de pensamiento. Lo expresan de esa manera, para que tú en un determinado momento encuentres cómo expresarlo. Es un mundo simbólico.

Entonces, lo que hace Atlas es lo que hace Dios, crear la vida. Si tú intentas crear la vida en favor tuyo, entonces esa forma de crear la vida en favor de todos sería un castigo, porque no estás haciendo tu rollo, sino algo que beneficia a las demás personas.
Si lo vemos desde el ego, desde el egoísmo, parece un castigo. Pero hay un momento en que la persona se da cuenta de que no es un castigo, y es cuando asume su condición de Dios, en la forma en que está Dios en cada persona. Cuando te despiertas a eso te das cuenta de que ese castigo que decía de Atlas, es la vida de Shu, dios creador.