CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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La familia que se inicia desde el tercer sello del Tzolkin aparece asociada también al tercer color, al presente, la conciencia y las vivencias experienciales. Se inicia desde la noche azul, pero tiene como forma roja y como cuerpo el tuyo, mío o el de cualquier persona, viva o presente gozosamente en el tiempo. Tiene también un aspecto negativo, una posibilidad de que no estés voluntariamente, es decir, de que no haya despertado el voluntario para entrar en esa situación, y entonces actúes desde algún nivel de negatividad.
Esta familia ocupa el tercer lugar y el color azul. Está representada por la noche, la estrella, el caminante del cielo y el espejo, y une la característica del servicio al presente.
Aporta la información del servicio, la actitud donde reconoces la unidad con todo lo existente y tu vinculación a ella como un voluntario amoroso, donde amas todo tu entorno y unificas la realidad desde tu voluntad amorosa, donde reconoces tu vinculación con todo.
Así, esta familia une el presente y el servicio, en el tiempo.

Uno de los atributos del tiempo en el nivel de las vivencias experienciales es que permite y favorece la expansión cuando has encontrado la actitud adecuada que contiene al servicio, que no significa una supeditación sino el reconocimiento de tu unión con todo; entonces eres útil a todo, porque es lo mismo que ser útil a ti.
En esta familia está presente el servicio, y esto sucede en el presente, desde la conciencia despierta y a través de un camino que se abre de vivencias experienciales.

Todos estos contenidos aparecen como en negativo cuando tu ensueño y tu visión de la realidad no es unitaria, cuando no estás unido a todos sino que la realidad es tu enemiga y tienes que estar atento a que no sucedan cosas malas.
Esto es un ensueño negativo, el pensar en cosas contrarias para ti. Desde este ensueño negativo no reconoces la ley del amor, donde “tú eres otro yo” no solo con las demás personas sino con todo lo existente. El “tú eres otro yo” se aplica a personas y a todo lo existente, y cuando no estás en ese ensueño positivo, donde la realidad no es otro tú y no está unida a ti, entonces estás excluyendo parte o toda la realidad, los virus y bacterias son enemigos, las personas te pueden robar, otras personas de otras etnias o culturas van a querer ser superiores a ti, tus jefes son tus enemigos, o la policía, tu mujer, tu marido o tus hijos, cualquier cosa puede ser tu enemigo porque puede aprovecharse de ti.

Esto es un ensueño negativo, donde estás determinando la realidad que vives. La noche determina una realidad maravillosa, como un servicio para todos, donde colaboras creando una realidad.
El aspecto negativo aparece cuando no haces esto e inhibes el hacer; no haces todo lo que puedes, inhibes tu intuición, tu curiosidad y cualquier cosa que te interese; estás en un ensueño negativo recelando y no entras en la sociedad de la estrella y en la armonía, no vaya a ser que suceda tal cosa; estas siempre como contenido, retenido y rígido, y no te expandes en la armonía de la estrella y por supuesto no eres el caminante del cielo cuyo explorar es gozo.
El simple existir del caminante del cielo sucede en la frecuencia del gozo porque es una frecuencia armónica y unitaria. Toda la parte negativa es que eso no sucede, y ni estás en la sociedad de la estrella ni eres un caminante del cielo; ni todo lo que sucede es gozo ni reconoces la ley del amor que te vincula a todo lo existente.
Entonces, eres una persona inhibida, desconfiada, que duda de sí mismo, que juzga y recela.
Es el caldo de cultivo donde puede proliferar la envidia, el odio, la falta de misericordia y la baja autoestima, porque lo que hace crecer la estima de uno mismo es la vinculación con todo lo existente, es decir la ley del amor.