CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

Impulsa tu evolución con las publicaciones diarias y profundiza con nuestras herramientas

LA PAZ NECESITA MÁS DIÁLOGO QUE DECRETOS (Extracto del Libro en preparación “Tiempo de ser o la impecabilidad sin esfuerzo”)
La paz necesita más diálogo que decretos, que son órdenes y exigen cumplimiento. Precisamente en el núcleo central de la guerra, es decir en la ausencia de paz, el choque de órdenes que traducen voluntades pero sin diálogo tiene como consecuencia la guerra, el intento de imponer esa voluntad.
Entonces, podemos decir que la paz necesita más actitud dialogante que decretos.
El diálogo te abre posibilidades y por tanto te modifica y transforma. Encontramos al ensueño más adecuado para la paz que el decreto. El decreto es como un grito de angustia, pero la actitud desde la ecuanimidad es el ensueño, que te modifica interiormente.
Cuando deseas que aparezca la abundancia, tienes que ahondar en tu interior para encontrar qué significado tiene esa abundancia para todos, con lo cual ya empiezas a eliminar conceptos y creencias en tu interior, que querrían excluir a alguien o algo, y que por tanto contienen voluntad y choque.

El ensueño es abrir el diálogo con dimensiones superiores, el doble espiritual o tu ser interior, para ensoñar la abundancia y la maravilla para todos, permitiendo finalmente la aparición de la paz.
En algún tiempo y en algún lugar una persona sensible horrorizada por el clima de confrontación de guerra, decretó la paz solemnemente. Entonces acudieron los ángeles a cumplir su deseo y le dijeron “vamos a reforzar tu decreto de la paz. Puesto que eres una persona de paz, te ayudaremos a extender tu paz a todo lo creado en tu dimensión”.
Se lo agradeció, pero al cabo del tiempo al ver que no había cambios y todo era igual volvió a convocar a sus ángeles y les dijo “¿cómo es posible?, ¿qué sucede? Parece que no habéis atendido mi decreto porque todo está igual”. Los ángeles le dijeron “Nos hemos esforzado mucho porque la realidad exterior fuese igual que tu realidad interior, que tú denominas paz”. Aquel humano bienintencionado comprendió. Se trataba de modificar en el interior para luego transformarse el exterior, porque la realidad es tu espejo. La realidad es un espejo que te traduce.

Cada vez que una persona modifica su interior se producen modificaciones en el exterior; cada vez que hace la paz consigo mismo, con otras personas o actitudes, con la enfermedad, el hambre o el abandono, recupera un poder y cocrea la paz.
Cada vez que hace la paz con personas, cosas o situaciones, con su vida anterior y con su presente, con sus padres, amigos o enemigos, recupera un poder y crea la paz.