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Decimos que estamos en un mundo de formas, en el que la luz toma forma y crea la realidad, tal y como parece demostrar la existencia del Bosón de Higgs, donde el fotón, que es únicamente luz y no tiene materia, se convierte en materia según las demostraciones del experimento Atlas con el acelerador de partículas.
Entonces, si la luz toma materia, y la materia necesita forma en esta dimensión, podemos determinar que estamos en una realidad y en una dimensión de formas, donde la luz crea formas materiales.

En esa realidad material de la forma, aparece un elemento que es manifiesto en la intencionalidad.
Por ejemplo, la forma de una llave expresa en su coincidencia con la cerradura que hay una intencionalidad; expresa que la llave ha sido fabricada con esa forma, precisamente con la intencionalidad de abrir y cerrar determinada cerradura.
En el mundo de la forma encontramos presente la intencionalidad, por ejemplo, cada vez que aparece esa pareja, emparejamiento o enlazamiento entre algo que puede ser igual a una cerradura y una llave.

También hay otros ejemplos, porque esa misma intencionalidad de la forma se ve claramente en el cuerpo del ser humano, donde hay una parte en la anatomía del cuerpo femenino que corresponde y manifiesta intencionalidad con una parte del cuerpo masculino. Sucede justamente en el lugar en que hay una diferencia manifiesta, ya que el resto de los órganos prácticamente son similares. Pero justamente donde aparece esa intencionalidad manifiesta es donde va a suceder el milagro de la continuidad de la vida. Por eso se ve doblemente reforzada la intencionalidad con la transcendencia.

Si nos situamos en el territorio de la luz, en el cuestionamiento de la luz o en el cuestionamiento de los conceptos y formulaciones y creencias acerca de la luz, donde también incluimos las valoraciones de lo que se llama ciencia, que no deja de ser un concepto más creado por los seres humanos, entonces también encontramos asociado a la luz una intencionalidad.

Cuando preguntamos ¿existiría la luz si no hubiese seres humanos que hablan de la luz y que generan conceptos asociados a la luz?, parece que es una pregunta inútil y absurda, porque es evidente que la luz en nuestra galaxia proviene básicamente del sol y que el sol existía antes que los seres humanos, como no puede ser de otra manera. Pero la pregunta no es si la luz existía antes sino si existiría la luz si nadie la ve, entendiendo que “luz” y “ver la luz” son conceptos creados por el ser humano, es decir, formas de explicar la realidad creados por los seres humanos.

Entonces, si añadimos la intencionalidad a este concepto, puede ser que alguna persona considere que no es absurda esa pregunta, sino que es pertinente como revisión de esas creencias absolutas que explican la realidad y que desde su absolutismo dificultan e impiden al ser humano modificar sus creencias, algo que es básico para poder evolucionar, ya que tus creencias te anclan en la realidad que crean; mediante la creencia se crea una realidad y cuando la creencia es absoluta te ancla a esa realidad.

Nosotros decimos que el que haya cuerpos que generan luz y que haya conciencias que pueden ver la luz es un emparejamiento similar a la llave y la cerradura, o al cuerpo masculino y el cuerpo femenino, que está justamente en el nivel en que se va a producir una nueva expansión de la vida.

Hay un emparejamiento que es la luz y la visión de la luz. Por lo menos es posible pararse a considerar acerca de ello.