CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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La palabra Magdalena significa “de Magdala”. “Magdala”, “Migdal” en hebreo, es el nombre de una ciudad en el norte del mar de Galilea, de modo que más que un nombre identifica el origen. También Magdala o Migdal significa torre, castillo o plaza fuerte, o sea un lugar fortificado.
Por otra parte, María se diría en hebreo Miriam. De modo que cuando estamos hablando de María Magdalena podríamos estar hablando de María o Miriam la de Magdala o Migdal, o de María o Miriam “la fuerte”.
Eso podría corresponder a una persona concreta, pero no necesariamente, porque María también sirve en lenguaje popular para identificar sencillamente a una mujer.
Entonces, podemos decir cosas como “ahí estaban todas las Marías mirando” en el sentido de “todas las mujeres mirando”. En el hebreo arameo de la época le puede suceder lo mismo, por eso casi todas las mujeres que aparecen en los evangelios se llaman María. Tenemos a María la madre de Santiago y de José, María la mujer de Clopas, María la de Betania, etc.

De hecho, la primera María es Miriam la hermana de Moisés, cumpliendo a la perfección ese cometido de significar la energía femenina mágica y maravillosa. Miriam la hermana de Moisés es, no solo la primera María ya que Miriam es María en hebreo, sino la primera María Magdalena en el sentido de FUERTE.
Para hablar de María “La Fuerte”, o sea, María Magdalena, hay que hablar de Miriam. Miriam es una auténtica plaza fuerte. Miriam es una auténtica fortaleza y es la que le da nombre a María Magdalena como arquetipo del siglo XXI. Este es su tiempo. Aquí y ahora es el escenario de María Magdalena, o sea de todas las personas que pueden vivir la experiencia codificada en el arquetipo María Magdalena.

Con María Magdalena también aparece otra sincronía mágica maravillosa en su nombre, y es que decimos que Magdala es una ciudad o plaza fuerte en el mar de Galilea, que se pronuncia Migdal o Migdala en hebreo, pero sincrónicamente la preposición “de”, de México, de Bolivia, de la Mancha, en hebreo se diría fonéticamente “a” y además iría pegada a Migdala, sin que se perciba la mayúscula. De modo que el resultado sería AMIGDALA, como traducción de procedente de Magdala.
AMIGDALA nos sitúa en el quinto chakra, justamente donde la fonación, donde se habla y se pronuncian las palabras. Eso es lo que recibe como encargo María Magdalena: “ve y díselo a los discípulos”. Hay una sincronía maravillosa y sorprendente en esto.

María Magdalena, la mujer fuerte, es justamente fuerte cuando activa su quinto chakra, amígdala, y con su palabra pronuncia lo sagrado, como Miriam la hermana de Moisés con su canto de alabanza a Yahvé, donde lo que cuenta es su experiencia.
Miriam canta en su plegaria la victoria de Yahvé, pero esa es su experiencia, porque ella no solo ve y conoce la salida de Egipto en medio de portentos, sino que sabe, aunque era solo una niña, que la Pascua, el paso, comenzó ante sus ojos al ver a su hermano recién nacido pasar de la muerte que le acechaba y tenía decretada a ser adoptado por la hermana del faraón.
Ahí podemos decir que comienza la ejecución de la Pascua. Ella es anterior en el paso a su hermano, ayudándole y siendo activa desde su energía mujer, logrando salvar la vida de Moisés, el guía de la Pascua. Pero ella también es guía. Por eso ella también canta, que es una función sacerdotal. María Magdalena está construida sobre ese patrón.

Hablamos del quinto chakra, el chacra de la bendición y del agradecimiento. Luego hablaremos del tercer chakra, que también está presente en María Magdalena y es el chakra del perdón. Así se forma GRACIAS y PERDON.