CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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Onda evolutiva del espejoLa onda del espejo es la décima onda. Es la encargada de llevarte al centro de la maya o centro del telar maya, lugar del nuevo nacimiento y de paso a la otra realidad.

La onda del espejo se va a situar, como no podía ser menos, sobre el lecho donde se aposenta el perro en el Tzolkin tipo, es decir sobre la décima fila.
Los 13 kines de la onda del espejo tienen una traducción desde los 13 tonos con que se expresa el perro, en la décima fila horizontal. Y ese es un contenido evolutivo.
Podemos asociar el espejo con la verdad, pero siempre es una verdad desde el amor.
Podemos asociar el espejo con la realidad, pero siempre es una realidad llena de amor.
También se puede escuchar una relación existente entre el espejo y una espada o algo que corta, ya que hay tantos Tzolkin como pueblos diferentes se han ido asomando a él, depositando sus vivencias y también sus problemáticas.
No hay un solo Tzolkin; hay tantos Tzolkin como etnias, idiomas o lenguajes se han asomado a él.

Nosotros pretendemos mirar desde el humano del siglo XXI, unido a todos sin excepción, y, desde la ignorancia, queremos decir que “mi verdad” no es mejor que otra, y que ni siquiera es mía, sino que más bien se trata de escuchar, pero escuchar como mirando, y entonces, quizá con precaución, comprobar que aquello que aparece es sólido.
Y luego más, como el color azul, que siempre está, pero de forma ajena a la quietud; está, pero no está quieto. El estar del azul no es pasivo, por tanto está y no está. Si te distraes, no está, pero si le escuchas, le ves.

Bueno, como hablamos desde nuestra ignorancia, la cosa no tiene mucha importancia. Lo que está claro, incluso si miro para otro lado, es que colocando el Tzolkin por ondas, en el décimo lugar está la onda 10, que es el espejo, y que ese lugar lo ha determinado previamente, en el Tzolkin tipo, el perro.
De modo que la actitud de la incondicionalidad, o sea del amor, está unida al espejo. Si usted hace algo con el espejo y no es amoroso, será eficaz, pero no le adentra en aquella realidad más allá de la forma, donde hasta la perfección desaparece para dar paso a la vida.

También encontramos que al situar el Tzolkin a través de sus ondas, en la columna resonante se sitúan los tonos resonantes de las 10 primeras ondas.

De modo que el espejo es resonante en el lado donde existe la perfección, en la forma, y también es una expresión del amor incondicional.
Únicamente los 3 primeros sellos de la onda no se sitúan en la columna resonante sino en la columna sexta de los portales, expresando de alguna manera que el espejo -el espejo del que estamos hablando- es accesible solamente después de activar la luz interior, lo expresado por la onda de la serpiente, que en sí es una puerta.
Esa puerta se ha iniciado cuando el humano realiza lo divino (onda del humano), expresado por los días epagómenos, adentrándose en la parte no visible de la realidad expresada por Neftis, que también significa la oscuridad.
Esa oscuridad es iluminada por la propia luz, que es lo que expresa la serpiente, la luz interior; pero la luz interior conectada a la luz, no la luz interior dormida o tapada por un velo.

La luz desvelada de la onda de la serpiente permite acceder al espejo, y entonces se hace resonante. Ya no es puerta sino pura vibración de vida.
El lugar más importante y que fusiona todos los conceptos es el perro 13, lugar del nuevo nacimiento.
El perro 13 es el lugar único donde se enlazan la realidad del perro en la décima fila con la realidad resonante dentro del acotamiento expresado por la onda del espejo. El perro 13 por tanto es un lugar resonante porque está en la columna resonante; es un lugar que pertenece y expresa al espejo, exactamente en forma transcendente, y también es un lugar que se sitúa en la horizontal 10, donde se encuentran los valores del amor incondicional.

Ese punto centra todos estos contenidos. Por eso es importante ver que el perro 13, como lugar decimotercero de la onda del espejo, se va a transformar en perro 3, indicando que ese lugar del nuevo nacimiento es un servicio a la estrella, a la sociedad celeste.
Si vas a ese lugar y se te olvida en casa la actitud de servicio al arquetipo humano, no encontrarás el espejo. No digo que no encuentres nada, sino que el perro 13 es un servicio a la sociedad de la estrella.

El perro 13 también es una resonancia del programa diseñado en el corazón amoroso de la vida, porque sobre el lugar donde está el perro 13 se va a situar la semilla 7, es decir es un servicio a la sociedad celeste. Pero es muy fácil porque solo necesitas ser tú vibracionalmente, o sea semilla 7.
Claro que semilla 7 está asociado a tierra 7, o sea que la mejor forma de ser tú y de participar en el servicio a la sociedad de la estrella es desde la actitud del voluntario resonante; voluntario para lo existente.