CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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¿Qué sucede en Betania? Siendo Betania un territorio espiritual y no tanto un escenario físico, conviene saber qué sucede en Betania para reconocer que estas allí. Ya hemos dicho que hay dos Betania, una abajo en el Mar Muerto que es el lugar más bajo de la Tierra, y una segunda Betania junto a Jerusalén, a unos tres kilómetros del Templo. Y el camino de una a otra es siempre totalmente en ascenso. Es una subida prolongada.

La primera Betania es la que esta abajo y en ella el personaje clave es Juan Bautista, porque también hay dos Juan, el Bautista que es el precursor y el que va delante, y el Evangelista que es el que camina con Jesús, que está citado como presente a los pies de la cruz, recibiendo allí de Jesús el nombre de “hijo”, cuando Jesús dice a María, su madre, “Mujer he ahí a tu hijo”, expresando la realidad del nuevo nacimiento como realidad espiritual. En ese momento también está presente María Magdalena, configurando una realidad fuerte después de la resurrección, ya que según la tradición de la iglesia oriental, María Magdalena junto con Juan acompañan a María la madre hasta su muerte, en Éfeso.

Lo primero que aparece relacionado con “Betania” (casa de los pobres), con la primera Betania, la que significa abajo, es Juan, el primer Juan. Juan Bautista lo que hacía era bautizar, o sea lavar: “acudía entonces a él gente de Jerusalén, de toda Judea, y de toda la región del Jordán, y eran bautizados por él en el río Jordán tras confesar sus pecados”.
Aquí ya aparece una mención al tercer chakra, chakra del perdón, indicando algo acerca de María de Betania como tercer chakra, mientras que María Magdalena es el quinto chakra. El perdón y la bendición.
Mucha gente relaciona a María Magdalena con una prostituta, pero en los evangelios no aparece tal cosa en ningún momento. Y realmente el morbo aquí nos sobra.
El asunto es que cualquier cosa que quiera significar María Magdalena, como tu historia personal, comienza con el reconocimiento de tu pecado, o sea tu error, tu incapacidad de ser feliz. Y por eso María Magdalena es una pecadora. Como tod@s. Solo que aquí hay reconocimiento. El reconocimiento del pecado, del atrapamiento por el miedo es la actitud que inicia la entrada en la casa de los pobres, también cuarta dimensión.

Lo primero que necesitas y lo primero que sucede es que recapitulas y te das cuenta iluminativamente de como actúas en contra del amor. Hay una iluminación y te das cuenta de cómo estas atrapado por el miedo que justifica todo en favor de tu ego. No vives desde el amor sino desde el miedo. Esa es la catarsis que provoca lo que se llama Juan Bautista, quizás porque en ocasiones aparece una emoción en forma de lágrimas. Hay lagrimas que son un bautismo.
Cualquier momento es adecuado para que esto suceda y comience la elevación. En algunas ceremonias chamánicas antes de consumir peyote de manera ritual, es necesario reconocer tus faltas al amor. El reconocimiento del pecado, de la falta al amor, y la sumisión al miedo y al ego produce una iluminación y una liberación. Te hace fuerte porque te hace más real.
El no reconocimiento te deja en manos de lo adverso, la adversidad. No te hace real. Entonces, estás en el mundo de los hechizos que no te permiten saber quién eres.
Eres el rey, porque tu padre es el rey.

No es evidentemente exclusivo de una forma única de espiritualidad. De hecho, podíamos seguir en el desarrollo de nuestro tema sin referirnos a rituales chamánicos. Sin embargo, la vía espiritual es coral. Todas las voces pueden bendecir a Dios, o sea a la vida y al amor desde la sinceridad, porque todas las personas tenemos un corazón donde hablamos con la realidad Dios. Por eso estos momentos de máxima conexión entre todos, como son los que estamos viviendo, precisan para su mayor realización abandonar las actitudes y los miedos supremacistas que priorizan solo una forma de espiritualidad, siendo lo prioritario la activación de las neuronas espejo de la empatía que te unifican con el otro.

De alguna manera es necesario traducir los textos de las tradiciones sagradas al lenguaje de la experiencia, porque todas tratan de experiencias.
Lo importante no es que exista Jesús, sino que tú seas Jesús. Lo importante no es que exista Abraham sino que tú vivas la experiencia de Abraham. Lo importante no es que haya existido una María Magdalena sino que tú seas y vivas la experiencia que expresa María Magdalena.

Otra de las palabras catárticas de Juan es cuando compara a los hombres con los árboles, que son maestros de paz y amor. Ese es el criterio: ¿eres paz? ¿eres amor?