Compartimos, por si es de interés, la respuesta a una persona tormenta 1, con psicrono tormenta 6:
El kin destino habla de unas cualidades y dones latentes, pero que tienes que activar. En el caso de una persona que nace como tormenta, estamos hablando de una cualidad de reinventarse, de resucitar; una capacidad de producir hechos milagrosos, de liberar unas fuerzas extraordinarias capaces de multiplicar la vida. Esa es una información importante en un momento determinado de la vida, pero quizá sería insuficiente si no tuviera más apoyos que ese simple enunciado. Es decir, si le dices a una persona que haga milagros, preguntaría cómo hacerlo.
Para responder a esa pregunta tenemos lo que está expresado con el concepto de familia de sellos. Por eso cada persona, además de conocer su sello tiene que conocer su familia.
En el caso de una persona que nace como tormenta, su familia quedaría ordenada de la siguiente manera: Tormenta, el primer año de su vida; semilla, el segundo año de su vida; luna, el tercer año de su vida; y mago, el cuarto año de su vida. Y así sucesivamente durante toda su vida. De modo que para esta persona la tormenta es el uno, la semilla es el dos, la luna el tres y el mago el 4.
Esto quiere decir que su destino es ser tormenta y esas son sus cualidades innatas, pero que para activarlas necesita como dos, si al dos le damos el valor de cómo te relacionas con el otro, ser uno mismo en la relación con el otro. Para ello tienes que hacer un trabajo personal, identificando los falsos programas basados en la educación, el miedo, lo políticamente correcto, lo que dice todo el mundo… o cosas así, porque si te comportas desde estos valores no activarás la tormenta. La tormenta quedará como un don latente, pero no activado.
Pero cuando encuentras tu auténtico ser vas a situarte en la luna, es decir, en el agua, en la emoción. Para ser tú, que es la semilla y el segundo sello de la familia, necesitas conectar con tus emociones, limpiar tu agua. Para ser tú necesitas situarte en lo que expresa la luna. De repente te das cuenta de que no solamente es necesario para ser tú, sino que la emoción, o sea la luna, que es lo que aparece en tercer lugar, te está mostrando tu servicio a la comunidad, al grupo.
Eres útil al grupo cuando limpias tu agua y conectas con tus emociones. Y si no haces caso a tu servicio no vas a activar tus dones expresados por la tormenta, o sea tu capacidad de hacer milagros.
Tu capacidad de hacer milagros necesita, primero, que te relaciones con las demás personas, que es lo que expresa con el tono 2, desde tu auténtico ser, que es la semilla con su capacidad de florecer. Pero para eso necesitas limpiar tu agua, que es la luna, y reconocer que eso es prioritario y no admite demora, porque ese es tu servicio.
Si tu vinculación al grupo no es desde el servicio, la colaboración, es decir desde la malla, sino que tú eres pasivo y simplemente recibes y no das, no activarás tus dones, porque tus dones son un servicio. Entonces, en lo que aparece en el tercer lugar vemos al servicio desde tu familia, que en el caso de la tormenta es la luna y la emoción. Considerar la emoción como un servicio y la necesidad de limpiar el agua, es prioritario.
Limpiar el agua hace aparecer la magia, que es justamente la respuesta al cómo expresado por el 4, que es cómo producir milagros o cómo ser una fuerza de resurrección: actuando como el mago. Y para ello necesitas limpiar el agua.
En tu caso vemos que el psicrono, es decir los trabajos finales de tu alma, han llegado justamente a la resurrección, que es lo que expresa la tormenta que aparece con el tono 6 en la onda del mago.
No todas las personas tienen el mismo sello en el psicrono y en el kin destino. En tu caso, sí. No solamente aparece como tormenta, sino asociado al mago, que al desplegar la familia va a aparecer como 4.
Eso quiere decir que en esta encarnación tienes todo favorable para realizar tu destino como tormenta y como mago. Pero decir que esta encarnación es favorable para ser tormenta y mago es como decir que en esta encarnación es importante conectar con tu ser, es decir con tu semilla, y con tus emociones.
