CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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Se quiere asociar la pasión con la enfermedad como sí apasionarse fuese enfermarse.
La misma palabra griega (empátheia) que significa pasión la utilizamos para nombrar las enfermedades, por ejemplo cardiopatía, patología o trastornos mentales cono ludopatía.
Sin embargo, apasionarse no es estar enfermo o ser loco, sino estar vivo y amar, o sea ser lucido.
Vivir apasionadamente es vivir con intensidad. Puede suceder que esa intensidad proceda del miedo, del resentimiento, de la angustia, o sea de lo TÓXICO, pero no es la única posibilidad, como se decreta al asociar pasión con enfermedad.

Pasión no es sinónimo de enfermedad.
La misma palabra (“pathos”) griega que traducimos como pasión y ha derivado en enfermedad, también significa emoción. Por eso, en realidad lo que estamos diciendo es que la emoción te enferma, pero ciertamente es al contrario, la emoción te da vida. La emoción pertenece a la vida, no a la enfermedad.
Quizá parte del despertar sea reconocer la emoción como vida y liberarla de ser considerada como enfermedad.

La vida se ve despojada de la emoción, del amor y de la empatía en favor de otros valores como puede ser el poder económico y el prestigio social; o la afirmación étnica, religiosa o política por la cual alguien es tu enemigo, a quien por fidelidad a tu grupo lo mejor es dominar o incluso hacer desaparecer.

Pero ni la pasión ni la emoción son eso. Muchas veces la enfermedad es simplemente falta de emoción, porque es falta de amor. Las personas enferman por falta de amor.
Sin embargo el amor es “pathos”, que también decimos que es enfermedad. Pero eso es un engaño o hechizo.
Aun cuando desconozcas lo que significa una palabra, porque esté dicha en un idioma que no sea el tuyo, la fuerza o mantra de esa palabra se mantiene, como demuestran los trabajos de Emoto, donde el agua reacciona ante simples palabras escritas en un papel.

Claro que el agua también es emoción, o mejor dicho la emoción es agua. De ahí es de donde saca fuerza el hechizo, porque actúa sobre el agua del cuerpo del ser humano, ya que somos agua en su mayor parte.

En realidad el agua y la emoción pertenecen al cielo, o sea a lo óptimo. Parte del asunto es iluminar el agua.