CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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Hay dos formas de relacionarse con la emoción.
Eso quiere decir que seguramente habrá muchísimas más, pero en un momento determinado conviene considerar dos.

Una forma es cuando la vibración energética de la emoción actúa de fuera a dentro, que es lo que normalmente consideramos como emoción -pena, tristeza, alegría-, y hace a la persona reactiva, pero reactiva a ciegas. Normalmente tiene mala prensa, porque eres guiado desde el exterior por impulsos desconocidos y eso te convierte en algo parecido a un roedor atraído hacia la jaula por un trozo de queso. Y cuando te percatas, te sitúa en el miedo, demostrando que eres vulnerable a fuerzas que no controlas.

La otra forma de relacionarse es cuando la emoción está dentro porque ha sido acogida. No te defiendes de la emoción porque, evolutivamente y también como decisión, decides fusionarte con la emoción desde la conciencia.
Claro, este paso necesita de la presencia del “osar”, que es la alerta de la conciencia para no huir sino preguntar “esto qué es”, “maná”, o sea dialogar.

Dialogar es una actividad del viento.
Dialogar es una actividad del viento-tormenta (el viento es viento-tormenta), y en ese osar dialogar, o sea, mirar, preguntar esto qué es, maná, lo que encuentras es nutrición, justo la nutrición que te resucita.

A veces se hacen descripciones de los cuerpos energéticos, y normalmente se considera al cuerpo emocional como uno de los cuerpos intermedios no superiores.
Sin embargo, encontramos que hay un cuerpo emocional superior, que es propiamente el que describe la luna 1 -propósito de la onda 17-, que te introduce corporal y vibracionalmente, es decir con la solidez armónica del enlazamiento vibracional, en una dimensión superior, donde lo que existe es paz, amor y libertad, y que precisa del perdón como algo fundamental, pero también del osar salir del miedo.