Estamos en momentos excepcionales. De repente un volcán corta las comunicaciones del mundo. De repente algunos bancos conceden hipotecas demasiado aventuradas, haciendo que la economía del mundo se tambalee durante años y enviando al paro a millones de personas.
También, en un determinado momento, un solo hombre, Bin Laden, es capaz de enfrentarse al poder. Un hombre, un simple ser humano, es capaz de enfrentarse a estructuras superespecializadas de control y de poder como son la CIA y todas las agencias de espionaje del mundo occidental, o a los grandes cerebros económicos y sociales del máximo poder (Estados Unidos), infiltrados en todos los estamentos de todos los países, a través de subvenciones, becas, agentes especializados en la lucha contra un enemigo ideológico, que antaño era el comunismo.
Un solo hombre es capaz de luchar contra todos esos ejércitos con bombas atómicas y espías en todos los sitios y ponerles seriamente en aprietos, abriendo múltiples guerras.
Decimos un solo hombre porque no estamos hablando de estados. Los estados tienen policías, ejércitos, agencias y servicios de espionaje y contraespionaje.
Estábamos asistiendo a la confrontación de dos superpotencias con presupuestos multimillonarios, pero es capaz de aparecer una organización y, como en los comics de Superman, hay un malo que pone en peligro al mundo.
Casualmente este artículo está escrito en vísperas del 11S, y a nuestro comunicado le denominamos “una oportunidad para la conciencia”.
Lo denominamos así porque la mayoría de los pensamientos son meras repeticiones de algo que no es nuestro y que repetimos como si fuera verdad.
También se trata de una segunda oportunidad para ver las cosas.
