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Hay una realidad plegada y una realidad desplegada, como dice la física cuántica. La física actual, porque hoy toda la física solo puede ser cuántica, habla de una realidad plegada y también de una realidad desplegada, donde aparecen todas las dimensiones de la existencia.

Pero cuando decimos que hay una realidad plegada y una realidad desplegada podemos estar hablando de física cuántica o física actual, pero también curiosamente de anatomía. El ser humano en su superación de la dualidad, es decir cuando recobra la unidad, se presenta en forma plegada y también en forma desplegada, y todo el mundo sabe, sin haberlo estudiado, que encuentra sus mejores momentos cuando acontece la realidad desplegada, anatómicamente hablando.

Ello ya nos marca curiosamente un camino. Los buscadores, los rastreadores, de repente encuentran o encontramos un camino, donde hay una realidad que se despliega y se asocia a una anatomía que se despliega. Aparece un camino diseñado donde es el amor lo que te permite transitar una realidad desplegada.

Pero al mismo tiempo hace falta el trabajo personal, hace falta encontrar tu alineación con esa realidad desplegada que asociamos al amor, para que la anatomía desplegada coincida con la realidad desplegada y no sea la anatomía desplegada el sabotaje o la destrucción de la realidad desplegada.

La realidad desplegada asociada al amor necesita del trabajo espiritual, que rescata tu ser espiritual, que permite o te reconecta con esa realidad del amor, que es de donde en realidad provienes.

Entonces, hace falta un cierto trabajo personal de reconexión para que no sea un saqueo el despliegue de la anatomía, sino que corresponda al despliegue espiritual, a la realidad desplegada.

La madre tierra es realidad desplegada, pero la pura fuerza sin conciencia actúa como saqueo. Por eso la fuerza, y ahí sería el símil con la anatomía desplegada, necesita de la reconexión con la energía del amor, para que se produzca ese desplegamiento sin saqueo de la realidad.