CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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En el sexto sol es necesario escuchar, porque en el sexto sol es imprescindible la ecuanimidad.
En el sexto sol, como introducción a lo óptimo, es necesaria la ecuanimidad, que significa que estás en tu centro, alineado con el corazón amoroso de la vida.
Ese es tu sitio, tu sitio de poder y tu casa. No necesitas tener razón, porque no escuchas a tu ego. Tu águila vuela libre y el que una persona hable y se exprese, no te hiere.

Cuando tu águila está libre, tu alma es enlazadora. El enlazador y el águila, como sellos ocultos, expresan una misma realidad. Cuando no escuchas al ego, dejas al águila libre.
Cuando dejas al águila (sello 15) libre, se despierta el mago (sello 14), que es el propósito de la segunda onda y por ello está asociado a la penúltima onda (onda del águila), de modo que estás recomponiendo la malla de hilos horizontales e hilos verticales que te une a las demás personas.

Los sellos 14 y 15 se encuentran en un territorio o escalón compuesto por los sellos 13, 14, 15 y 16. De modo que cuando el águila está libre y el mago despierto, te sitúas en la realidad expresada por el caminante del cielo, que es la primera transcendencia y la transcendencia tipo. Has despertado el cuerpo de gozo y la expansión de la conciencia del guerrero.

Entonces, sabes qué es ser ecuánime y puedes escuchar al otro.
Puedes escuchar que el otro hable, permitiendo así el exorcismo de su alma. Permites que se libere y que su interior salga a la luz, apareciendo lo que está dentro escondido. Solamente escuchando permites que la luz ocupe el lugar en la tiniebla.

Eres un auténtico guerrero de la luz, porque ganas sin armas batallas a la oscuridad, desde la paz.
En el sexto sol, el guerrero de la luz está vivo.
Sí, es un voluntario porque está en su casa. La vida es su casa. La abundancia es su casa y puede dar de comer al hambriento, de beber al sediento y dar posada al peregrino.

Gracias, perdón y bendición.