ENERGÍA Y VIDA (Extracto del Libro de las Sincronías)
La vida humana es una forma de la energía, pudiendo hablar de vida y energía como lo mismo y decir “tengo poca energía”, como poca vida, o “mucha energía”, como mucha vida.
Cuando un nuevo ser humano nace, la energía no nace con él, puesto que ya está. Está en sus padres, en la Tierra que sostiene su corporalidad, etc.
La vida del nuevo humano es una forma que la energía adopta; como una concreción de la energía.
Parece evidente, de perogrullo, pero no siempre es así. Más bien actuamos quemando energía y matando el tiempo, sin considerar que tal vez la energía se concretice con un propósito.
En ese caso, tal vez fuese prioritario conocer, si fuese posible, el propósito de la energía para colaborar con él.
Tampoco es imposible pensar que la energía es tonta, y tratar de domesticarla, y, engatusándola por las buenas o dominándola por las malas, obligarla a servirnos.
Pero no parece ni útil tal cosa ni afortunadamente posible.
Sí parece factible que la energía desde lo atemporal se concretice en cada persona con una intención, programa, sentido o como quiera que nos agrade considerarlo. Entonces sería interesante conocer esa intención para optimizar resultados, colaborando.
También en ese caso aparece la posibilidad de negarse en rotundo, si encontramos nuestro interés diametralmente opuesto a la energía. Como posibilidad existe, aunque no conozco ningún caso.
En definitiva, si llegamos a la conclusión de que energía y vida son lo mismo, tal vez nos interese conocer acerca de la energía, para conocer acerca de la vida.
