CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

Impulsa tu evolución con las publicaciones diarias y profundiza con nuestras herramientas

Al final resulta que las máquinas eran los robots.

Inicialmente se hablaba de las máquinas como ayudantes. Se hablaba de la revolución industrial como PROGRESO, con mayúsculas.

Las máquinas en el campo producían más comida, actualmente transgénica. Quizás más riqueza, pero quizás no para todos. Parecía en un momento que las máquinas producían más puestos de trabajo, porque siempre necesitaban personas para manejarlas, pero ahora resulta que las máquinas en realidad, en REALIDAD, son robots y NO necesitan a nadie.

Los automóviles son robots y no necesitan a nadie para conducirlos. Los aviones son robots. Todas las máquinas son robots y no necesitan a nadie para manejarlas, y si no al tiempo. Solo necesitan una buena programación. Solo necesitan un buen programa informático.

Claro, los dispositivos informáticos también son robots. Son robots los teléfonos móviles, las computadoras, las tablets. Las casas llamadas inteligentes también son robots.

–  Pero entonces, ¿qué pasa, corremos peligro?

–  Para nada. El asunto es que, si no te despiertas, hasta tu propio robot te dará una bofetada para que te despiertes.

Parece que estamos en la era de los robots, pero es solo apariencia. En realidad, estamos en la era de los enanitos.

– Pero los enanitos son los elementales de la tierra y hablar de los elementales no tiene nada que ver con las máquinas. Las máquinas son ciencia y los elementales son cuentos, leyendas, ensueños.

–  No te creas que no existen. Los enanitos son esas personitas diminutas que viven en los dispositivos informáticos, teléfonos, portátiles, tablets, computadoras…, y anda que no hay. Cada vez más. De hecho, tú también te conviertes en un enanito cuando haces una vídeo llamada o un simple selfi, pero claro es que siempre has sido un enanito. Mírate en cualquier fotografía. No se te ve muy grande. También las cámaras fotográficas son robots.

Hay que convivir con todo, pero lo importante es saber quién eres.

Hay que convivir con máquinas, robots, enanitos, porque todo está bien, todo te ayuda. Lo importante es saber quién eres, reconocer tu linaje, reconocer que el linaje del “ser siendo” está en ti; reconocer, encontrar que el linaje del amor está en ti. Tú ERES.