Hay una dimensión de la vida donde las cosas aparecen al nombrarlas.
Algunas personas lo saben y tratan de atraer abundancia de amor, alegría y salud para otras personas. Hay una dimensión de la vida donde las cosas aparecen al llamarlas con la intención de que aparezcan. Nombrar las cosas con conciencia para que aparezcan también te hace sentir algún tipo de poder, porque las cosas responden a tu voluntad. Y eso también a veces puede ser necesario.
Pero hay otra dimensión maravillosa, más profunda, más en la esencia de la vida, donde las cosas aparecen al amarlas. Al mirarlas con amor.
En una dimensión las cosas aparecen ante tu voluntad al llamarlas y en otra dimensión las cosas aparecen cuando vibras amorosamente. Tu vibración amorosa las hace aparecer.
Al verlas y su visión producir amor hacen que esas realidades, esas cosas, entren en la dimensión en la que estás.
Es decir, cuando espiritualmente encuentras alguna maravilla, esto, sea lo que sea, entra a formar parte, a vivir, a ser real en la dimensión en la que estás y todas las personas pueden encontrarlo.
Por eso es tan importante limpiar las emociones, para poder mirar todo con amor.
Hay una dimensión de la vida donde las cosas aparecen cuando las miras con amor.
José Cabal. Vía Tzolkin.
