CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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Compartimos la respuesta a una pregunta, por si es de interés:

La tierra y el humano expresan una misma realidad, junto con el viento y la mano.
Una persona que nace con el sello del HUMANO al año siguiente encuentra como kin anual a la TIERRA, necesitando experimentar los contenidos de la tierra, al año siguiente se encontraría experimentando los contenidos del VIENTO, al siguiente los de la MANO y al quinto año volvería a ser humano, y así sucesivamente, tierra-viento-mano-humano durante 52 años.

Esto expresa que hay una unidad entre estos 4 sellos. Uno aparece como rojo, indicando la parte material y corpórea; otro aparece como blanco, expresando la parte emocional del agua; otro aparece como azul expresando la conciencia y las vivencias experienciales que nutren esa conciencia y producen transformaciones; y otro aparece como amarillo expresando la expansión y la maduración. Pero los 4 contienen el mismo contenido; están expresando algo que necesitan las 4 orientaciones para ser entendido.

Por eso si situamos en el viento la consideración del gran espíritu y del dios creador, que también se manifiesta a través de la palabra de los seres humanos, encontramos que aunque la tierra tiene un contenido material y físico, es solo en una determinada consideración, porque en realidad la tierra también es una expresión de la energía padre-madre creadora del gran espíritu.
La madre tierra es absolutamente sabia desde su núcleo interno y no necesita ningún aprendizaje ni tampoco ninguna defensa. Sí ciertamente hay que escucharla, pero sin conceptos previos, desaprendiendo de alguna manera conceptos del aprendizaje 3d, donde se la consideran únicamente como tierra.

Por ese motivo se puede considerar que los fenómenos que le suceden a la tierra, los está haciendo la tierra desde su sabiduría y entrega como madre tierra pero también como dios creador.
Por eso decimos que los problemas que parecen ser tan catastróficos y que amenazan al ser humano dentro del cambio climático, se están situando en la dimensión materia que quiere buscar soluciones a través de la materia.
Sin embargo, nosotros proponemos la conexión con el gran espíritu, pero no en la sociedad sino en el individuo. Así expresamos que el cambio climático es un problema de iluminación.

Encontramos que cuando estamos hablando de la mano, que es una de las formas que presenta la tierra como forma de conciencia y de transformación, la asociación también es con manik, el venado.
Cuando mano azul aparece como venado azul, presenta como forma de conciencia y de transformación la búsqueda, en tu interior y en tu vida, de dónde has estado actuando y sigues actuando en contra del amor.

De esta manera, el cambio climático sería como una invitación en el interior de la persona, meditativamente y no a nivel de la sociedad, a buscar dónde estás actuando desde el miedo, la envidia, el odio y la exigencia, y no desde el amor, la paciencia y la paz.
Se trata de un problema de iluminación y de luz, más que un problema físico.