Es necesario afirmar que el caminante del cielo es cuerpo, o sea realidad. El caminante del cielo es realidad corpórea, solo que en otra dimensión de la realidad, pero cuerpo. No es un pensamiento o un simple concepto, sino que es cuerpo, solo que esa realidad corpórea no está bajo las leyes físicas sino que las transciende. Es visible, pero no con los ojos físicos sino con ojos amorosos y espirituales. Es tocable y enlazable, no desde el cuerpo físico sino desde el cuerpo de luz.