CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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El dos es lo más misterioso. El dos, o sea el otro.
El dos es lo más misterioso, entendiendo por misterioso aquello que no eres tu pero que te acompaña permanentemente.
Y que no eres tú, porque puedes considerar que tu mano, tu pie, tu nariz y tu oreja te acompañan permanentemente y siempre están contigo, aunque en ocasiones no seas consciente de ellos o ellas, porque en algún momento puedes cosificar parte de tu cuerpo, por ejemplo cuando sueñas, cuando te despiertas o en determinados momentos que estás absorto en algo y no tienes consciencia de tu cuerpo y sin embargo puedes ver tu pie dentro del zapato. Pero tu cuerpo sí eres tú.

Podríamos entrar en una larga disquisición acerca del cuerpo como vehículo, pero para eso remitimos a los profesionales. En este momento estamos simplemente hablando de que cualquier persona en un momento determinado puede darse cuenta de que siempre hay algo que le acompaña; que su ser, su yo, siempre encuentra un entorno, bien en forma de suelo donde pisa, de aire, de frío, calor o acontecimientos que suceden inesperadamente, agradables o desagradables.

Siempre estamos en un escenario dual, donde al menos existen dos cosas, es decir, la realidad dual.
Vemos que este esquema se repite prácticamente en la constitución de la realidad, en todos sus niveles. La célula tiene un núcleo y un citoplasma. En el núcleo es donde se encuentra el ADN y en el citoplasma es donde se encuentra el ARN. Son muy similares, pero diferentes.
En los átomos también hay un núcleo, que tiene una característica más densa, con protones y neutrones, y luego están los electrones acompañando al núcleo, dando vueltas.

Entonces, vemos que el dos contiene algo acerca de la realidad, que en un transcurso de expansión de la conciencia conviene considerar, porque en parte esa expansión de la conciencia va a provenir de la contemplación del dos. La contemplación es una iluminación.