CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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El humano como hermano gemelo de Dios tiene una resonancia maravillosa, y claro, si es real uno puede pensar “qué hago mirando para otro lado”, es decir viviendo angustiado, porque el hecho de que Dios sea de tu familia cambia diametralmente los valores y la situación de las cosas, es decir conviene resituarse, porque quizá estás buscando tus zapatos pero los tienes puestos.

La visión que expresa la tradición de Grecia contiene algunos datos que merece la pena recuperar. La mitología griega también habla de unos gemelos, Castor y Pólux, que son los que dan origen a la constelación de géminis. Los dos eran hijos de la misma madre, Leda, casada con un rey, pero uno, Pólux, era hijo de Zeus, que había seducido a Leda, quien también en ese mismo día había estado con su marido y había concebido al otro, Castor. De modo que uno era inmortal y el otro no, pero eran gemelos, aunque tal vez sería más correcto decir que eran mellizos.

El caso es que uno era mortal y otro inmortal, de modo que aplicado al arquetipo humano podemos encontrarnos con esta información de que dentro del arquetipo humano hay algo inmortal y algo mortal. El ser humano es o puede ser mortal, y es o puede ser inmortal. Si es real, es inmortal, pero si solo es la imagen, es mortal.

En un conflicto que no vamos a relatar Castor muere y por ello va a la región de los muertos, al inframundo y su hermano, que es inmortal, le pide a su padre Zeus que su hermano pueda estar con él durante el día, porque no podía estar sin su hermano, y luego se vuelva al inframundo durante la noche. Es decir, como que le pide permiso para salir de la cárcel a trabajar pero que luego vuelva a dormir a la cárcel. Esto expresa una relación de amor fraternal, pero de amor. Zeus se lo concede, de tal manera que los dos juntos pasaban el día en un sitio y luego los dos juntos se iban al inframundo.

Con esta información sabemos que también hay algo capaz de unificar al ser real, que es el amor. Esa característica del amor es unitaria para la persona y la hace vivir, y se trata de algo que unifica lo que si no, sería una personalidad escindida y errónea en su vivir. Es decir, es necesario unir y encontrar la parte espiritual dentro de la vida. De modo que cuando la persona encuentra su raíz espiritual, la vida es diferente, porque no puede hacer las mismas cosas, ya que desde el miedo o la envidia no tienen sentido. Y de alguna manera en esa indagación se produce una limpieza del genoma, porque hay un cambio de información. Sí, gracias.