CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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ImagenPero quizás el Humano no sólo es lo que propone el tono uno como comienzo de onda, que sería como un recién nacido, sino lo que aparece en su tono trece como manifestación de trascendencia y plenitud, y por tanto madurez.
En ese sentido el Humano trece es el final de la onda del Sol. De esta manera el humano es un sol, un bebe sol, un sol en desarrollo y aprendizaje, y los pensamientos elevados serían la maduración de un proceso, la culminación.
En el Tzolkin es posible desplazarse en las dos direcciones. Si nos situamos en el Humano, también se abre un camino desde el Humano que termina en el Sol.
Podemos establecer una onda encantada en la otra dirección, y aprender mucho de la nueva ubicación de los sellos.
El Humano hacia el Sol, tendría como segundo sello al Mono. Le desafía y le enseña la alegría. Y tendría como tercer sello, que indica el servicio, al Perro, el amor incondicional. El amor incondicional aparece entonces como servicio a través del cual el humano llega a la iluminación.

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