CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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El pato es importante porque es un conversor, y no es tiempo de convertirse al terror, o sea a la ley del miedo, sino al amor, o sea a la ley del amor.
Es tiempo de insumisión, si la ley es la del miedo.
Ni siquiera el karma supera a la ley del amor. Por eso el amor es una iluminación.
No puedes ser insumiso a la ley del amor, porque solo se puede ser insumiso a aquello que te obliga y la ley del amor no es obligatoria, solo es enamorante.
Amar es ser, y aquello que te enamora amplía tu realidad de ser. Aquello que quiere obligarte, siempre te encoge.

Si Dios te da ojos a ti y a todos, ¿por qué eres siempre culpable solamente porque te vean? Por eso es momento de insumisión al miedo y de conversión al amor, a la luz y también al ver y al ser visto, porque el espejo y el ver dan forma a la malla de luz, que te une a todos tus pares y también a la realidad Dios. Eso es lo sagrado.

Hablar del pato también es hablar de lo sagrado.
En aquella tradición primigenia de Egipto, que no es precisamente famosa por sus batallas ni por sus ejércitos, sino por la agricultura y por sus conocimientos, la imagen que se presenta de la energía de la realidad Dios, es como algo que sale de un huevo. Por eso precisamente, un pato, que tampoco es especialmente guerrero pero sí gregario, o sea que forma sociedad, puede ser presentado como un símil de la energía de la realidad Dios en el metalenguaje.
Es importante chanar el metalenguaje, o sea mirar como escuchando, fusionando todos los conceptos, porque estamos en un tiempo propio para la fusión, es decir la expansión de la conciencia como camino adecuado para salir de la confusión y del miedo, que no permiten ver, oír y hablar, sino solo repetir, para que parezca que estás en lo correcto.

El pato, como RA, sale del huevo. Cuando vemos el pato y el disco solar en el ideograma que esa gente diplomada nos asegura que es SA-RA como pronunciación y que significa hijo de Dios, podemos asegurar que solamente quien esté situado en lo atemporal dispone que ese patito con su sol viaje atemporalmente en el tiempo para que tú lo veas y yo también, y puedas saber que lo importante es ser hijo de Dios, SA-RA, o sea la iluminación.
Solamente SA-RA transmite la iluminación, es decir, solo SA-RA hace hijos de Dios, lo cual en un determinado momento del tiempo es importante y está previsto desde lo atemporal para que quede constancia de esa información, para quien pueda buscarlo, chanando metalenguaje, o sea, fusionando los lenguajes desde el arquetipo humano para hablar con el arquetipo Dios, porque el arquetipo contiene todos sin excepción, todos los lenguajes sin excepción y todas las razas sin excepción.

El pato, como los seres humanos, puede volar, solo que quizá está acostumbrado en sus granjitas y jaulitas a no hacerlo.
Solo que el pato, como podemos ver en su pata, es sabio, porque siendo un ave, que por naturaleza sabe volar desde su programa, lo que ha desarrollado es su habilidad para estar en la tierra. Un pato no es un águila, claro que tampoco es una gallina, porque su pie ha desarrollado la capacidad de estar en el agua.
Por ese motivo el pato es un metalenguaje desde lo divino enviado al hombre.
Tú sabes volar, aunque quizá lo tienes olvidado. Estás sobre la tierra, que en los términos del Tzolkin es lo que se expresa por el rojo, pero sobre todo, si miras tus pies, verás que eres un voluntario para vivir en el agua, que en el Tzolkin es lo blanco, el territorio de la emoción y fundamentalmente del amor.

La pata palmípeda del pato, adecuada para nadar, es útil como parábola para hablar del amor incondicional del perro blanco, del espejo blanco, del enlazador blanco, que es una expresión de la solidaridad y de la energía femenina del dragón, y también del mago amoroso blanco y como no, del viento huracán blanco.

Sa-Ra. Gracias Sara. Bendición.
No estamos hablando de partos, porque no estamos hablando de esclavitud, sino de iluminación, de lo óptimo. No hablamos del depredador, sino de lo óptimo.
Gracias Sara.