Vista desde el espacio la tierra es azul.
Todo el mundo lo sabe gracias a los viajes espaciales y a los astronautas que afirman que vista desde el espacio la tierra es azul.
Por ese motivo podemos llamar a la tierra el planeta azul.
Hay una sincronía o hecho sincrónico resaltable con el Tzolkin, porque de alguna manera la tierra en su sabiduría sabe que va a ser vista por los seres humanos que viven en ella, no desde la tierra sino desde fuera de la tierra.
La tierra en su sabiduría sabe que va a haber un momento en el tiempo en que el humano va a mirar a la tierra desde el espacio, y entonces elige el color azul para ser vista.
La tierra elige ser vista con el color azul por los seres humanos, cuando hayan alcanzado el momento evolutivo adecuado. Eso tiene relación con el año 2012, que es una frontera donde se producen, inician y favorecen transformaciones. El año 2012 es tormenta 7, de la onda del caminante del cielo, siendo el caminante del cielo el que camina por el cielo.
El inicio de los viajes espaciales también sucede en un año tormenta 7, 52 años antes, en el año maya que comienza el 26 de julio de 1960 y termina el 24 de julio de 1961. A partir de ahí se aproxima el momento en que la tierra puede ser vista de color azul. La tierra, la SABIDURÍA o la creación han elegido este color azul.
La tormenta 7 es de color azul y está asociada a la canalización del tono 7, apareciendo como resurrección y reinventarse.
Está asociada al 2012 y también al año en que se inicia lo que algunos llaman la conquista del espacio, que es un término guerrero, asociando con esto que viven en la dimensión de la guerra; otros hablan de exploración del espacio; y otros simplemente de viajes espaciales.
También antes del año 2012, pero ya no en 52 años sino en 520 años encontramos otro hito.
De la misma manera que los viajes espaciales abren la era de los viajes espaciales, y el año 2012 abre la expectativa de una nueva era para la humanidad, en el año 1492, 520 años antes y manteniendo el mismo fractal de 52, nos encontramos con un hecho que es el enlazamiento entre culturas y la posibilidad de que todo el mundo y todas las personas accedan a los contenidos del Tzolkin, de forma que cuando vean la tierra puedan reconocer el color azul elegido por ella como algo asociado a la conciencia, al tiempo presente y a la transformación.
En ello hay una invitación a los seres humanos a adentrarse en sus vivencias experienciales y a vivir desde los contenidos azules las vivencias experienciales.
La tierra quiere que los seres humanos seamos azules, entremos en el azul, y nos pone esa imagen azul, planeta azul. Nuestro cuerpo, que es polvo de la tierra, luego polvo azul visto desde el espacio, invita a la experiencia.
Compruébalo, como Santo Tomas. Juan Pablo II invita a comprobar como Santo Tomás, poniendo una fiesta en esa tradición del año común a la comprobación, y elige transcender en ese día, donde como Tomás, no crees las cosas, sino que las compruebas, las vives y eres libre para comprobar y no estar repitiendo.
