CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

Impulsa tu evolución con las publicaciones diarias y profundiza con nuestras herramientas

Decimos que cuando naces, naces en un sello y un tono. Normalmente se da más importancia al sello, pero también son importantes las cualidades y la descripción que aporta el tono.

El sello está en una secuencia de 20 y el tono en una secuencia de 13. Cada secuencia tiene un recorrido diferente y de alguna manera te lleva a dimensiones de la realidad que son también diferentes. El 13 te lleva al cuarto escalón, a la cuarta elevación, y el 20 finaliza el quinto escalón.

Los 20 sellos de los calendarios de mesoamérica, mayas, toltecas, aztecas, etc, son de cuatro colores, siempre en el mismo orden, normalmente rojo-blanco-azul-amarillo, aunque a veces al azul se le traduce como negro.

Entonces, el 13 es la cuarta vez que aparece el primer color, es decir, inicia el cuarto nivel. Todos han aparecido tres veces, lo cual da 12 (3×4) y ahora empieza con el 13 una nueva secuencia.

Mientras, el 20 es la quinta vez que aparece el último color, con lo cual todos han aparecido 5 veces. Está cerrando la quinta manifestación de los colores.

Así, el sello está en la frecuencia 20 y el tono en la frecuencia 13.

Tu tono, el tono en que naces, te va a acompañar y a conectar con todos los tonos similares al tuyo, aunque sean de otras familias o de otros colores. Todas esas cualidades están en ti. Todas las cualidades que representan tu tono, cuando las vives, activan tu don y entonces, gozas.

Luego está el sello. El sello hace una descripción de otra serie de cualidades y dones, que además forman una secuencia inevitable; ya que uno va después de otro. Por ejemplo, el sello 4-la semilla siempre va detrás del 3, y el sello 5 la serpiente siempre va detrás del 4. Y así todos.

Da igual donde comience. Esa rueda tiene 20 comienzos, que son las 20 ondas. Por eso también es importante ver en qué onda estás.

Encontrar la descripción de la secuencia es importante. Es importante encontrar tu interpretación personal de la secuencia, lo cual te abre el diálogo con el Tzolkin.

Pero ya simplemente centrándote en tu sello te habla de una serie de cualidades que conviene conocer.

El sello se puede expandir. En un segundo momento tu visión se va haciendo más aguda y donde estabas viendo un sello ahora ves una secuencia de 13. Todo lo que te conecta con el 13 te conecta con una determinada dimensión y todo lo que te conecta con el 20 te conecta con otra dimensión.

Los sellos y los tonos te van a dar diferentes lecturas. A la quinta dimensión se accede desde la secuencia 20 y la secuencia 13 te prepara para la quinta dimensión.

De modo que hay 13 sellos que son los que configuran una onda, mostrándote la cuarta dimensión, y otros 7 hasta completar los 20, a los que puedes acceder una vez que has vivido tu onda, la onda que finaliza en el 13.

El lugar 14 inicia lo mágico. El lugar 14 contiene al mago como sello en la secuencia de los 20 sellos tipo que está en la primera columna del Tzolkin.

En tu configuración personal lo que aparece en el lugar 14, da igual lo que sea, para ti muestra lo mágico, tanto desde la onda de tu kin natal como propósito, como desde tu onda natal. Cuando ves el 14 desde tu kin, el sello que aparece como 14 desde tu kin natal te muestra lo mágico como trabajo interno, mientras que el kin que aparece como 14 desde tu onda natal, que es el inicio de la siguiente onda, te muestra lo mágico desde lo grupal, es decir desde lo que haces. El primero configura lo mágico desde tu interior y el otro desde tu acción, desde tu exterior.

Además, el lugar 14 como onda contiene al perro. Esto nos deja ver cómo lo mágico es el amor y no el poder.

Cuando trasciendes tu onda y empiezas a caminar en lo mágico como amor, empieza a sanarse la visión. Se empieza a ver en quinta dimensión. Y es entonces cuando te configuras en guerrero de la luz y cuando limpias tu espejo.

Claro, el espejo es la realidad y tú ya no distorsionas la realidad. Tú ya no eres tóxico.

Muchas personas buscan lo tóxico y quieren huir de lo tóxico, y no se trata de eso. Se trata de entrar en el terreno mágico del amor, sanando la visión y expandiendo la conciencia. Y la realidad aparece pura en tu espejo. Es entonces cuando suceden milagros y cuando se hace la luz.