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Familia Cardinal y Seth
LA FAMILIA CARDINAL Y SETH (Extracto del Libro de las Familias)
El tercer día epagómeno está dedicado a Seth.
Seth en este idioma que hablamos resuena con “Se tú”, y realmente Seth es el enlazador.

NADA ES LO QUE PARECE:
Seth es presentado como alguien que mata. Sin embargo representa a la familia del dragón, de la solidaridad. La luz, algo sin forma, muere al entrar en la forma y hacerse materia, solo que viene a buscarte cumpliendo una misión, porque tú eres el muerto y abre un puente enlazador con dimensiones superiores. Hay un camino a la transcendencia, y el dragón propone ese camino al cielo.
El enlazador también es la muerte, pero nada es lo que parece. De qué nos sirve el juicio y los culpables; quizá para que aparezca nuestra foto.

En la tercera dimensión o dimensión del error nada es lo que parece. Los contenidos se agrupan ordenados por el miedo y soportan una realidad sin transcendencia, que hace infeliz al ser humano, que es transcendente. Cómo ha llegado hasta ahí es otra historia; hoy se trata de acceder a la transcendencia.

Seth es la deidad de la fuerza bruta. Es pura fuerza, de forma similar al dragón, que es la luz entrando en la materia para cumplir una misión. En su forma inicial es una fuerza imparable, que en realidad no es una fuerza, sino “la fuerza” o “todo la fuerza”. La divinidad atribuida en el panteón griego a Seth es Tifón, que es la fuerza de la naturaleza, también llamado Huracán, de modo que la resonancia con el corazón del cielo está presente en Seth, más allá de la apariencia.
Sí, hay una relación entre Seth como fuerza y dragón como fuerza; ambos son fuerza primordial. Tanto en el dragón como en Seth todavía estamos hablando de fuerza primordial, que para nosotros puede parecer bruta porque desconocemos cuál es su misión, ya que en el plano del miedo todo asusta y creamos una imagen que contiene ese susto. Después quizás puedas crear una imagen donde esa fuerza es un amig@.

En la mitología, Seth representa el papel del malo en el hermano envidioso, ya que mata a su hermano Osiris.
Caín y Abel también cuentan esta historia, y el resultado de la muerte de Abel por Caín es que Dios se hace hombre y hace dioses a todos los hombres.
La historia de Caín y Abel es un arquetipo, que sirve para explicar los sufrimientos de los seres humanos. Pero no es historia, sino solo historia arquetípica o información, y el resultado es que se abre la puerta de acceso a otra dimensión.
Feliz culpa -en esa tradición no se dice algo negativo sino feliz- que ha merecido tan grande redención. En esa tradición se dice cómo el resultado de ese “asesinato” es una protección, y se le pone una marca, quizá una cruz en la frente, para señalar que está protegido y que no puede ser muerto. Eso es puro metalenguaje, solo que nada es lo que parece y es necesario el desapego.
Desde la dimensión del miedo todo está teñido de miedo, solo que hay una resonancia que en la propia luminosidad de la palabra crea luz y ahuyenta el miedo.

Como decíamos, según la mitología Seth mata a Osiris, descuartizándolo en 14 fragmentos que distribuye por todo el territorio.
También hay una fragmentación del cuerpo de Cristo, presente en toda la tierra, y también del pueblo que conserva Hor, cuya misión es estar en todo el mundo, fragmentado, y siendo ese mismo sitio, porque toda la tierra es su país.
Seth representa ese papel de malo tan gustado por las personas que viven en el sufrimiento incomprensible.

En realidad Seth y Horus, el hijo de Osiris, son aliados y van juntos en la barca de Ra. Los dos, unidos por un interés común -el “tú eres otro yo”-, defienden la barca de Ra de Apofis. Según Wikipedia “Apofis era una serpiente gigantesca, indestructible y poderosa, cuya función consistía en interrumpir el recorrido nocturno de la barca solar pilotada por Ra, para evitar que consiguiera alcanzar el nuevo día. Para ello empleaba varios métodos: atacaba la barca directamente o culebreaba para provocar bancos de arena donde el navío encallara. Todo ello tenía sólo una finalidad: romper la Maat, el «orden cósmico». Apofis representaba el mal, con el que había que luchar para contenerlo; sin embargo, nunca sería aniquilada, sólo era dañada o sometida, ya que de otro modo el ciclo solar no podría llevarse a cabo diariamente y el mundo perecería. Para los antiguos egipcios era necesario que existiese el concepto del mal para que el bien fuera posible.”
De modo que vemos que ahora el mal ya no lo representa Seth, sino que está defendiendo de un mal posible, y es solamente un motor cuyo funcionamiento sostiene la realidad.
Hay una interpretación, donde podemos decir que esos personajes son buenos o malos, pero el hecho de que sean quiere decir que están del lado de la vida, de la solidaridad.

SETH Y LOS SELLOS DE LA FAMILIA CARDINAL:
Por eso el DRAGÓN como fuerza es similar a Seth.
Seth también es el ENLAZADOR, ya que su acción permite la entrada de Horus, que es otro nivel, siendo un enlazador dimensional. También hace referencia a esa relación que tiene el enlazador con la muerte, y a la necesidad del desapego, sin la cual no puedes ascender evolutivamente.

Pero Seth también es el MONO, porque su acción no solamente indica el acceso a otra realidad, sino el nuevo nacimiento, ya que el nacimiento de Horus como Horus es consecuencia de Seth. Osiris tiene otros hijos, pero solo Horus, donde está presente la acción de Seth como desenlazadora y enlazadora, es el que va a representar la luz.

Seth en el panteón egipcio es el dios de la guerra. Aquí aparece su relación con el GUERRERO, pero no por la guerra, sino porque pasar más allá del juicio es expandir la conciencia.

Encontrar otros enfoques donde la realidad es más real al ser más amorosa es expandir la conciencia, de modo que los contenidos expresados por Seth ayudan a comprender tanto al dragón como al enlazador, al mono y al guerrero.
Es importante reconocer esta información como algo procedente de dimensiones superiores para los humanos de ahora, del siglo XXI, o quizá de cualquier momento real. Solo que hoy, gracias a la ampliación de la comunicación (el viento) ese reconocimiento es una tarea colectiva, donde no sabemos si ayudas cuando dejas que te ayuden o cuando ayudas.
Hay una red de personas enlazadas desde el corazón, despertando a una realidad amorosa donde “tú eres otro yo, y yo soy otro tú”.