CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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(Extracto del Libro de los Sellos)
El Viento está asociado a la palabra y a la comunicación en general, transmitida desde el espíritu. Y la comunicación tiene que ver con esa capacidad de transmitir la luz a través del sonido de la palabra.
Las palabras son ondas portadoras de luz, vehículos del espíritu.
El primer acuerdo tolteca se refiere a la “impecabilidad de palabra”, y nos recuerda la importancia de lo que decimos y cómo lo decimos, y de su conexión con el espíritu. El Viento es el espíritu. En la tradición taoísta el Viento es el Chi y en la tradición de los nativos americanos es Manitú, que es el espíritu, y el gran espíritu es Gitchi Manitú, que es el equivalente de Dios Padre. También Manitú es simplemente Dios. MAN-I-TU, man/hombre y tú.
El dueño de las palabras es el espíritu; el dueño de los sentidos, de los significados, es el espíritu, el Viento, el regalo –por ser el número dos-, el maestro, Manitú. Todo es correcto.
En la naturaleza el Viento es una fuerza enlazadora que une territorios incluso lejanos entre sí. El Viento transporta las nubes y lleva agua a otros lugares, ayuda a las aves en sus migraciones, impulsa las velas de los barcos para que enlacen ciudades y países, transporta semillas que a veces tienen formas para poder volar o ser arrastradas con la ayuda del Viento. De esta manera aparece el Viento en la naturaleza como algo benéfico, al servicio de la vida y enlazador.
De la misma forma, las personas Viento unen personas, difunden conocimientos y su vocación está en la expresión y la comunicación, sin olvidar la característica de desafío rompedor que existe en el Viento.
Estamos en el momento del Espíritu. Y el espíritu no reconoce fronteras, ni siquiera fronteras del conocimiento. Todos los conocimientos ocultos hoy salen a la luz. Y personas aun no siendo mayas debemos conocer ese conocimiento oculto en esta sabiduría. Porque en esa interacción, para nosotros liberadora, es también en espejo liberadora para los humanos étnicamente mayas.
Y de repente, cosas que siempre han estado delante de nuestras narices, empezamos a verlas, porque un velo las ocultaba. El velo de la repetición, el velo de lo correcto y lo incorrecto, el velo de que la sabiduría le pertenece en exclusiva a un pequeño grupo de personas que son los que saben.
Pero el Viento, o sea el espíritu, está dentro de cada persona que quiera escucharlo, más allá de los formalismos, porque hace las cosas como quiere.
Sólo la comunicación desde el espíritu es auténtica. Y sólo lo auténtico existe. “Existe” es un término muy grande y dentro contiene un término pequeño como “subsiste”. Solo lo que existe, subsiste en la adversidad, o sea en la prueba. Y es por lo tanto el camino a la vida, o sea al ser.
La verdad es un camino al ser, pero la verdad es comunicación, es Viento, porque la verdad no es algo que te guardes para ti.