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LOS SELLOS EN LA FAMILIA CARDINAL (Extracto del Libro de las Familias)
En cada familia se puede numerar los elementos que la componen del 1 al 4 siguiendo la secuencia de los sellos, y entonces utilizar esta numeración para encontrar similitudes con los tonos: el tono 1, que es el propósito o comienzo; el tono 2, que es el desafío o regalo; el tono 3, como servicio o misión; y el tono 4 o cómo realizar el propósito.
En la familia Cardinal, el orden en que se presentan sus elementos es 1-dragón, 6-enlazador, 11-mono y 16-guerrero.
Así, podemos encontrar el propósito y la fuente solidaria del dragón; el desafío, que ya sabemos que es un regalo, del enlazador; la misión del mono; y el cómo realizarlo del guerrero.
Es una secuencia espiral, que va activando y habilitando cada vez más posibilidades: la energía femenina, el desapego, la alegría y la expansión de la conciencia.

También es interesante analizar el orden de los colores en cada familia, bien siguiendo la numeración de los sellos o el orden de los colores tipo, donde el rojo está asociado a iniciar, el blanco a refinar, el azul a transformar y el amarillo a expandir y madurar.
En la familia Cardinal, tanto en la ordenación de los colores como en la numeración de los sellos, es el dragón rojo quien comienza la familia, compuesto por solidaridad en su forma roja; desapego, en su forma blanca de enlazador; inocencia en su forma azul de mono; y expansión de la conciencia en su forma amarilla de guerrero.

El dragón tiene que ver con la solidaridad y la energía femenina, y para refinar esta solidaridad es imprescindible trabajar desde el desapego.

El enlazador es la segunda presencia del dragón cuando se da cuenta de que la auténtica y única misión de todos los seres humanos es abrirse al amor. Se sitúa en el dos y en el otro, no en el ego ni en el yo, sino que ocupa la segunda plaza y te cede a ti la primera, como expresión de la ley del amor, donde tú eres otro yo -in lak’ech-. Cuando ese trabajo evolutivo está hecho e instalado en el cuerpo, empiezas a disponer de un cuerpo enlazador.
Esta familia es siempre enlazadora con dimensiones superiores, pero también lo es entre los seres humanos, porque la solidaridad es un esfuerzo para unir a todos los seres humanos y no dejar a ninguno excluido.
En el desapego están los valores mentales, raciales, adicciones, y un montón de trabas que pone el ego, que crean diferencias entre las personas en lugar de unir.
El enlazador es una fuerza unitiva existente en cada persona capaz de permitirte conectar realidades, dimensiones y personas más allá de la lógica.
Como el dragón que viene desde dimensiones superiores a ésta, el enlazador conecta con otras dimensiones como fuerza espiritual y amorosa en el momento oportuno. En el momento oportuno, todo sucede.

El dragón es un comienzo, pero el mono también lo es. El dragón es un inicio pero desde lo inimaginable, y el mono es un inicio en la dimensión humana.
Cuando naces, no tienes consciencia; eres totalmente dependiente, pero a través del aprendizaje y el desarrollo vas adquiriendo fuerza y conocimientos y un cierto nivel de consciencia. Pero eso no es un nacimiento, sólo significa que el nacimiento abre o inicia un proceso de aprendizaje y maduración de algo, pero no es un nacimiento. Sólo que de nuevo puede aparecer un nuevo nacimiento, como consecuencia del proceso de aprendizaje y de una decisión libre y luminosa.
De esta manera el momento del nacimiento como un recién nacido, pasa a ser dragón, siendo el mono ese nacimiento consciente fruto de una decisión, que es el nuevo nacimiento.

El guerrero es un enlazador, de modo que si queremos comprender su significado conviene asociar la expansión de la conciencia con desapegarse de viejos enfoques, sin tener miedo a mirar.
Prescindir del miedo es desapegarse, y mirar es enlazar.
Pero también el guerrero es un mono, y el mono es alegría, el nuevo nacimiento o lo nuevo, pero también osar.
Además guerrero es dragón, de modo que contiene solidaridad, alegría, desapego, además de conciencia, porque el guerrero no es mental.