Enero comienza con la estrella 7, estrella resonante, invitándote a ser un canal de armonía, belleza y solidaridad a través de tu palabra, así como un canal de sanación para las personas que te rodean. Para ello necesitas explorar e investigar tus creencias, eliminando la toxicidad y la falsedad. Así, cuando eliminas lo que no representa la vida, entonces tu palabra está llena de armonía, belleza y vida.
El mes comienza con la onda del viento, y sigue con la onda del águila, que te invita a mirar desde el corazón, y la estrella, terminando el mes con el espejo 11.
Todos los kines que aparecen se refieren a ti y expresan experiencias. El mes comienza invitándote a ser un canal de armonía y sanación, para acabar emitiendo luz, recuperando tu conciencia divina como Tezcatlipoca.
Por otra parte, desde la visión quiché el mes comienza con la noche 1 y la invitación a ensoñar. De modo que cuando unimos los dos valores encontramos que cuando estás ensoñando eres un canal de armonía, y que para ser un canal de armonía necesitas el ensueño.
Es importante resaltar la asociación del valor del ensueño con la canalización de la armonía, porque sitúa al quantum de tiempo del año en esos valores. Desde la tradición quiché el mes, cuando ensueñas, termina como caminante 5 de la luna.
Vemos que el ensueño, recomendado para todo el año, es inicialmente activo, ya que limpia tus emociones y permite traer energía de quinta dimensión como resultado de tu recapitulación.
Y al unirlo con la propuesta yucateca, cuando ensueñas eres un canal de armonía que está limpiando tus emociones. Limpiar las emociones siempre produce libertad y conexión con la quinta dimensión.
Por eso, el proceso termina con que bajas energía de quinta dimensión, como el caminante 5 que ha limpiado su agua (onda de la luna), emitiendo luz desde tu energía divina (espejo 11).
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