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Enlazamiento 9 marzo 2018

Hoy, al comparar los diseños que nos ofrecen los oráculos de las dos tradiciones, nos encontramos por un lado con la semilla y por otro lado con el perro. Hoy vienen juntos el perro, que es el amor incondicional, y la semilla, que podemos considerar como el programa de cada persona, mostrando cómo el amor incondicional forma parte de todas y cada una de las personas.

El diseño del oráculo también es un círculo de poder. Es una energía en cruz con toda la potencialidad de la cruz, que muestra también un círculo de poder con 4 direcciones, con 4 arquetipos.

Los arquetipos que están definiendo al amor incondicional y al perro, contienen al sol y a la luna. La energía del sol, como expresión de la luz, y la energía de la luna, como expresión del agua, forman parte del mandala o círculo de poder que se forma cuando te sitúas en el centro, es decir, cuando te sitúas como expresión del amor incondicional.
La luz y el agua, la iluminación y la empatía, van a reforzar tu posicionamiento en favor del amor incondicional. Se sitúan en la línea horizontal, que contiene una expresión de la realidad en la cual nos encontramos encarnados. Cuando te sitúas en el amor incondicional, tienes dos arquetipos que colaboran para potenciar esa realidad.
En la línea vertical aparece el enlazador y el mono. Aquello que te introduce en la conexión con dimensiones superiores, que aparece en la línea vertical, en ese espejo donde aparece Dios como expresión de elevación, contiene la energía que también está presente en el dragón (enlazador y mono son de la familia del dragón), es decir la energía de la luz cumpliendo una misión.
Cuando te sitúas en el amor incondicional tienes la ayuda de la luz, la emoción y la empatía para que cumplas tu misión, porque en ese momento encarnas a la luz cumpliendo una misión creando las formas y te sitúas como aquel que sujeta la realidad, para que todas y cada una de las personas despierten a la realidad del amor.

En la otra tradición aparece otro mandala, que está centrado en la semilla 10, donde el programa es perfecto. El amor incondicional que expresa el perro se iguala con la perfección del programa, pero eres tú el que se sitúa en el centro como expresión perfecta del programa. Y entonces vas a tener dos aliados, que son aquellos que te permiten relacionarte con las demás personas. Uno de ellos es el reconocimiento, el in lakech (espejo) y otro es el amor incondicional (perro).
Y en la línea vertical, que es la línea de la elevación, donde el espejo es el de la realidad Dios, encontramos la descripción de un itinerario. El guerrero significa cuestionar. Ese el origen. Cuando cuestionas y dices, por ejemplo, “qué hago, por qué hago esto, dónde estoy”, ese cuestionamiento te lleva a un destino que aparece como humano. Ese cuestionamiento te lleva a la libertad y a la plenitud del ser humano, pasando por tu programa perfecto. Y su cuestionamiento te lleva a desvelar y a conectar con la perfección de tu propio programa.