CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

Impulsa tu evolución con las publicaciones diarias y profundiza con nuestras herramientas

Es necesario hablar del dragón, porque estamos en el siglo XXI.
Es necesario hablar del dragón, es decir, hablar de la luz, y de forma especial de la luz que se transforma en materia y adopta una forma para dialogar contigo, conmigo, con cualquier persona, despertando el arquetipo humano en cada persona.

Que el momento es idóneo viene expresado por la sincronía que aparece en la transformación del 20 en el 21. Sea lo que sea cada una de las unidades, han transcurrido 20 y ahora comienza el 20+1.
Si el máximo es 20, quiere decir que hemos completado una totalidad y estamos en la segunda presentación del primer uno.

¿De qué estamos hablando? Esto puede ser un galimatías sin sentido excepto cuando nos situamos en el código del Tzolkin, donde la totalidad está expresada a través de 20 sellos, y cuando acaban comienzan de nuevo con el 1. La nueva presentación del 1 siempre es un 21.

Los siglos como grupos de 100 años no pertenecen al Tzolkin, pero son una medida. Podemos establecer una equivalencia entre las medidas del tiempo común y el Tzolkin, algo que es importante porque el Tzolkin también pertenece al acervo común, ofreciendo la posibilidad de expandir la conciencia desde lo común.
Incluso, si la expansión de la conciencia se realiza fuera de lo común con criterios localistas, en esa expansión llega a lo común, porque la expansión de la conciencia del ser humano siempre conduce al encuentro de lo común, de lo que une, de aquello donde “tú eres yo” y “yo soy tú”.
Esa es la expansión de la conciencia, de tal manera que el Tzolkin, aun partiendo de un concepto local, se dirige a lo común y expresa lo común.

De esta manera podemos decir que en esta unidad, que es el siglo, cuando la agrupamos con el criterio del código Tzolkin de 20 en 20, se produce lo mismo que con otros nombres, como mono, águila, etc., sea el que sea el nombre que le pongamos a la unidad.
Ahora mismo hemos vivido la finalización del primer grupo de 20, a partir de algo que se ha considerado 1 y que en realidad es el inicio de la conciencia de lo común, y estamos en el 21.
Han pasado los 20 primeros, y ahora estamos repitiendo por segunda vez el primero. Ese lugar se denomina dragón, cuya traducción es luz que entra en la forma, pasando de su estado inmaterial al material y tomando una forma para dialogar contigo.

Por eso es un momento adecuado para dirigirse hacia esa luz y tratar de comprenderla. Entonces, vemos que la comprensión de esa luz siguiendo el código Tzolkin tiene varias rutas o caminos, que siempre son de confluencia, y una de ellas es leer todos los sellos que aparecen con el mismo color que el dragón.

La luz a través de lo rojo aparece primero como una expresión de la dimensión de la luz, que decide tomar un cuerpo material y entrar en el mundo de la forma, creando forma para establecer un diálogo contigo. Está cumpliendo una misión; es luz que cumple una misión.

La segunda vez que aparece el color rojo es como serpiente, y entonces la serpiente es tu propia luz. Es kundalini como energía luminosa.
La luz tomando forma también eres tú. Cuando tu kundalini como luz se despierta y contacta con la luz primigenia e inmaterial se despierta esa luz, suponiendo una iluminación y una expansión de la conciencia.
Primero está la luz cumpliendo una misión, procedente de dimensiones superiores, y en segundo lugar te dice que esa luz está en ti; eres tú. Tú eres luz.

En tercer lugar, te dice que esa luz que está en ti es emoción. Es muy importante asociar la luz con la emoción.
La tercera vez que aparece el rojo es con el sello de la luna, que reconocemos como agua y como expresión de lo óptimo en el cielo, porque la onda de la luna es la que inicia el castillo verde.
Entonces, la luz toma forma para dialogar contigo, la luz está dentro de ti, pero también la luz como emoción te introduce en el cielo.
Es necesario reconocer la luz, a través del reconocimiento de la emoción, honrándola, respetándola, escuchándola, sin tratar de huir de ella ni manipularla, porque la emoción te lleva al cielo.

La cuarta forma de la luz aparece como el caminante del cielo, y entonces te expresa a ti.
Si has entrado en el cielo como serpiente verás luz; tu kundalini es luz. Cuando honras, escuchas y respetas la emoción, entras en el cielo y te conviertes en un caminante del cielo.
La presentación del caminante del cielo está hablando de la transformación del cuerpo. Se establece un cuerpo de gozo o cuerpo celeste.

La siguiente presentación es el voluntario, la tierra. Ese cuerpo de gozo que expresa el caminante del cielo en la siguiente presentación de la luz a través de lo rojo aparece como tierra, que es donde estás alineado con el corazón del cielo de forma voluntaria.
Eres un voluntario para traducir y sentir desde el corazón del cielo. El caminante del cielo es la fase intermedia en la que alineas tu corazón con el corazón del cielo, que es lo que traduce la tierra, y eso lo haces de forma voluntaria.

La luz es una alineación con el corazón del cielo. Toda la luz. De modo que lo que llamamos luz como efecto lumínico es similar a conectar con el corazón amoroso, en el interior profundo de la luz.