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¿De qué hablan los egipcios cuando hablan de Ra?
No decimos “de qué hablaban los egipcios cuando hablaban de Ra”, sino en presente “de qué habla la sabiduría de los constructores de las pirámides cuando hablan de Ra”. Lo decimos en presente porque la sabiduría en las tradiciones iniciáticas está siempre en el presente, esperando que alguien se pare y dialogue con ella, para recibir esa información.

Entonces, ¿de qué hablan los egipcios cuando hablan de Ra? Todos lo sabemos: Ra es el dios del Sol y símbolo de la luz solar. Se le representaba como un hombre con cabeza de halcón, sobre la cabeza había un disco solar y rodeando ese disco, una cobra con la cabeza levantada.

Tenemos un símbolo complejo: el hombre, el halcón, el sol y la serpiente. Y por otro lado tenemos como contenido al sol pero también a la luz. Es decir, hablar de Ra en ocasiones puede significar hablar de luz. Y resulta que el hombre tiene una relación directa con la luz. Hay algo que une al hombre y a la luz. El hombre está hecho para ver la luz, no solo como luminosidad gracias a la cual ve las cosas, sino a reconocer la luz como símbolo y a través de esa luz entrar en otras dimensiones diferentes de la realidad.
Luz es una intuición. De repente encuentras un conocimiento, tienes una iluminación sobre algo y sabes que todo eso también es luz. De repente puedes ver una realidad más allá de la que muestran las formas de las cosas.
Hay luz que te permite ver la forma de las cosas y hay también otra luz que te permite ver realidades espirituales en otras dimensiones, donde no es necesario el cuerpo.
El hombre es justamente eso, un ser que ve en la realidad de las formas, como pueda ver un leopardo, una golondrina o un arenque, pero también puede ver en otras dimensiones. Puede ver despierto y también puede ver cuando está dormido.

Entonces, vemos que Ra está representado por un hombre, con lo cual solo puede querer decir que Ra también es un hombre. Además, es representado por un halcón, cuyo significado es la visión. Es un hombre, con la visión del hombre, pero también con otra visión.
Para esta segunda visión se elige justamente a un ser alado, ya que el halcón y las águilas tienen alas, cuya facultad es elevarse, salir fuera de esta realidad.
Entonces, podemos decir que Ra es un hombre que en algún momento encuentra que tiene esa capacidad de ver desde otra dimensión, ver otra realidad.

Por encima se le pone un disco solar, un sol. En el sol encontramos un cuerpo, es decir, una materia, pero también hay una repercusión. Encontramos que es una materia creadora, porque la luz saca las cosas de la oscuridad. Es como si las crea. Su presencia recrea las cosas. Y esto sucede tanto entre las cosas que tienen un cuerpo y una forma, como en mundos de realidades espirituales, donde la iluminación hace aparecer esas realidades.
Pero eso no está separado de ese hombre halcón, sino contiguo. De alguna manera significa que el hombre, cualquier persona, es esa representación de Ra desde su cuerpo y que en algún momento encuentra también esa capacidad de ver que expresa el halcón y más allá todavía encuentra esa capacidad creadora, esa consecuencia de su simple presencia.
El sol también está en el cuerpo del hombre. Esa capacidad de generar luz, de hacer que las cosas aparezcan, también está en el cuerpo del hombre.

Y finalmente hay una serpiente rodeando el sol. La serpiente hace referencia a la generación de vida, a la fertilidad y a la abundancia, ya que la cobra en Egipto se relacionaba con la energía femenina de la madre tierra, hablando de la vegetación y del crecimiento. El nombre de la diosa cobra en Egipto es Uadjet. Se la llamaba “la verde”. Y aquí aparece asociada a la regeneración, es decir, a la eternidad, a vivir siempre.

Es decir, el ser humano tiene esa evolución: encontrar su halcón, ser ese sol, pero ser también esa energía amorosa de la madre tierra y regalar esa abundancia, entregar esa abundancia. No se trata de que la cuenta corriente suba, sino de que todo viva.

Es importante resaltar la presencia de esta cobra y de cómo esta cobra rodea al sol. Es importante resaltar que el ser humano está asociado a la abundancia, no a la escasez. Cuando el ser humano se expande y despierta a todos sus contenidos, está en la abundancia. La vida y la abundancia son lo mismo.
También podemos encontrar que la abundancia de la cobra toma cuerpo, se muestra unida a la luz. La luz, esa proyección del ser humano luminoso, es la que te introduce en la abundancia.
Hay que considerar también que cuando el ser humano es luz, hace aparecer todas las cosas y establece una relación de amor, porque el amor hace aparecer y el no amor hace desaparecer.

La figura de Ra también muestra la dualidad. También hay un yin y un yang en esta figura. El hombre con su cabeza de halcón y la serpiente rodeando el sol. En ese hombre con su cabeza de halcón aparece algo más material. En la luz rodeada por la cobra aparece algo inmaterial. Y ahí la energía femenina de cuidar, nutrir, dar vida aparece arriba.
Hay una elevación en ese camino.