CALENDARIO MAYA – VÍA TZOLKIN:

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¿Tiene el ser humano poder para nombrar la realidad?
Ese es un poder que existe en el hombre y que quizá desconoce, aunque desconociéndolo lo utiliza constantemente.

¿Tiene el ser humano poder para nombrar, definir, crear o quizá co-crear la realidad?
¿Tiene el hombre, el ser humano, poder para convocar la realidad, para hacerla surgir y hacerla florecer?

El valor y el poder de la palabra está presente en todas las civilizaciones primordiales, en todas las civilizaciones protohistóricas que nuestros sabios, científicos, historiadores y arqueólogos reconocen que aparecen en el momento en que supuestamente salimos de la animalidad para entrar en la humanidad.
Esas civilizaciones, como puede ser la egipcia de las pirámides, pero también la de los convocadores de la libertad, que finalmente dan sentido al reconocimiento de lo que une a todos los seres humanos a través del año común, y también los babilonios, los caldeos, los mayas, los taoístas y los hinduistas, todos han reconocido y expresado el poder de la palabra para convocar la realidad.
El conocimiento del espejo y su actuación creadora de realidad, reconocido también por la psicología actual, todo esto hace presente el poder de la palabra.

Entonces, es importante concretar desde donde estás hablando. Si hablas desde el miedo vas a convocar una realidad donde el miedo es un poder absoluto. Lo vemos constantemente, cómo una persona ante la simple imaginación de que está enferma desarrolla todos los síntomas, y muy posiblemente empiece a auto agredirse para supuestamente defenderse.

En el Génesis, se le da a Adán y Eva el poder de nombrar a los animales y a las cosas, que es el poder de decir qué es lo que está sucediendo, es decir, de nombrar la realidad. En la cultura de los egipcios está escenificado cómo conocer el nombre de algo es la base para hacerlo aparecer; es lo que da poder para hacerlo aparecer.
Por eso es tan importante en estos momentos determinar desde donde hablas para encontrar qué realidad es la que haces aparecer.

Estamos en una realidad cuántica donde hablamos desde una determinada realidad, y nombrando la que tú deseas, puedes entrar en ella. Esto puede parecer una tontería, un juego de niños, pero lo que yo le pido es que no lo deseche sin probarlo. Sitúese en lo óptimo, en aquella dimensión de la realidad donde todas las cosas, todos los sucesos y todas las personas son óptimos. No lo deseche sin probarlo. Sitúese. Permita que esa realidad florezca.
Los animales son ángeles y la realidad material que nos rodea es la mano amorosa del corazón amoroso de la vida que nos sustenta, nos acompaña y nos entrega.

Es maravilloso hablar el lenguaje telepático de los árboles. Es maravilloso hablar el lenguaje telepático de los leones, de los dromedarios, de los ratones o de los insectos. Es maravilloso hablar todos los lenguajes para bendecir en todos los lenguajes.