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JUAN CIUDAD Y LA MUJER (Libro de las Sincronías)
El metalenguaje, es decir el mundo de las sincronías, nos informa que el día que se había buscado para celebrar “el día internacional de la mujer trabajadora” ya tenía dueño, y era nada menos que un señor que se llama Juan Ciudad. Entendemos que “ciudad” es femenino, porque las mujeres siempre crean sociedad, precisamente porque se ocupan de nutrir, de enseñar y son solidarias.
A Juan Ciudad se le ocurre nacer el 8 de marzo, día internacional de la mujer trabajadora, del año 1495, recién comenzado el cambio que supone el encuentro de América, es decir en la frontera del cambio.
Pero además se le ocurre morir también un 8 de marzo de 1550.
Y en su vida, lo que se le ocurre a este buen señor es cuidar enfermos, dar de comer a los pobres, enseñar.

Juan Ciudad en realidad se llamaba Joao Cidade, porque era portugués. A los doce años vino a España, se transformó y se adaptó a la nueva realidad, siendo así un maestro en algo que hoy es fundamental, la adaptación, sobre todo en los momentos de cambio.
Fue pastor, soldado, sirviente, leñador, vendedor ambulante y finalmente librero. Cuando fue sirviente, casualmente se puso enferma la familia a la que servía, gastando esta familia todo el dinero que tenía en sus curaciones, de modo que quedaron indigentes. Y este buen señor, que era su sirviente, en lugar de marcharse se buscó un trabajo y les dio de comer, incluso antes de que le sucediera lo que le sucedió, un 20 de enero.

La fecha 20 de enero es una fecha especial donde las haya, porque casualmente, es decir sincrónicamente, es cuando nace la persona que crea el símbolo de la paz, llamado CND.
Un 20 de enero escucha una predicación de San Juan de Ávila acerca de los pobres, y se vuelve loco. Empieza a regalar sus cosas, a correr desnudo por las calles y es encerrado en un manicomio. Allí empieza a ordenar su mente, que ha quedado impactada, y decide dedicarse a los pobres. Controla su mente y sale del psiquiátrico, y viendo las palizas y el maltrato que sufren los enfermos mentales, se dedica a cuidarles y a ocuparse de las personas sin hogar, sin comida o enfermos.

Es un descubridor, de hecho, de la famosa técnica del Ho’oponopono.
LO SIENTO, un sentir interno que le lleva a poner remedio.
PERDONA, corrigiendo el abandono al que están sometidas tantas personas por su debilidad. Recoger enfermos y atender a personas mentalmente destruidas, es su forma de escenificar el perdón después de haber sentido.
Siendo una persona sin recursos, atiende a las personas confiando en la providencia y dando GRACIAS por la forma que ve que todo sucede.
TE AMO.

La vida de esta persona, cuyo apellido es Ciudad, está traduciendo a la mujer. Ciertamente esta persona no es un vago, sino un currante internacional.
Nos parece interesante esta sincronía, porque parece superponer un concepto lógico y uno ilógico, siendo la vida de Juan Ciudad, que luego sería llamado JUAN DE DIOS, lo ilógico, sólo que real, puesto que es un personaje histórico documentado.

El amor te trasporta dimensionalmente, pero previamente te trasforma.
En metalenguaje, todo lo que tiene sentido, tiene sentido y vale. El máximo valor no es la lógica, sino la conciencia, lo que transmite. Cuidado al hablar de Juan de Dios, estamos hablando de TI.

EL LIBRO DE LAS SINCRONÍAS